Delta Acuáridas del sur, provocada por el cometa 96P/Machholz, es la segunda lluvia de estrellas de julio. Tendrá actividad entre el miércoles 12 de julio y el miércoles 23 de agosto de 2023.
Su punto máximo llegará el domingo 30 de julio, según el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE). Se estima que su tasa máxima observable será de 25 meteoros por hora.
Se espera que el mejor momento para observarlas será al amanecer del día 30, hacia la parte sureste de la esfera celeste.
El radiante de origen de la lluvia de estrellas Delta Acuáridas del Sur se encuentra en dirección de la constelación de Acuario, con coordenadas AR=22h40m, DEC= ̶ 16º00´.
El INAOE ofrece un mapa para los amantes de la astronomía que deseen para observar este fenómeno de manera más precisa:
Delta Acuáridas del sur llegaría a su punto máximo desde el viernes 28 de julio, según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Ésta no será la única lluvia de estrellas de julio, pues el INAOE estima que la Alfa Capricórnidas, con actividad desde el pasado 3 de julio al 23 de agosto, también tendrá su punto máximo el 30 de julio.
La lluvia de meteoros de las Delta Acuáridas del sur visita el planeta Tierra todos los años entre julio y agosto, alcanzando su máximo en torno al 30 de julio. Así lo deja ver el Instituto Geográfico Nacional (IGN) de España.
Según los expertos, 2023 es un mal año para apreciar esta lluvia de estrellas, debido a que su momento de máxima actividad se producirá dos días antes de la luna llena de esturión del día 1 de agosto. Su brillo opacará a los meteoros.
El IGN de España recomienda que el lugar de observación puede ser cualquiera con tal de que proporcione un cielo oscuro. Es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista como edificios, árboles o montañas. No se aconseja utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión.
Aunque las Delta Acuáridas del sur vienen de la constelación de Acuario, se pueden ver en cualquier parte del cielo. Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna. “Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad”, rematan los expertos.