En junio de 2019, un hombre de 20 años acudió a un hospital de la ciudad de Chanchamayo, en Perú, aquejado de síntomas como fiebre, malestar general, escalofríos, dolores musculares sistémicos, somnolencia, fotofobia, anorexia y dolor en las articulaciones y la cabeza.
Todos estos síntomas pueden relacionarse con enfermedades tropicales, como el dengue o la malaria. Sin embargo, se comprobó que no se trataba de ninguna de estas enfermedades, sino de un nuevo virus, que nunca antes se había descrito en ningún lugar del mundo.
El caso ha sido descrito recientemente en un estudio de la revista Emerging Infectious Diseases. En él se habla de cómo descubrieron que se trataba de un nuevo virus y de todas las dudas que plantea su hallazgo.
Posiblemente, el paciente se contagió tras adentrarse en la selva, pero no se sabe cómo. El virus se los transmitiría un mosquito, ¿pero cuál es el reservorio de este patógeno? Desde entonces no se ha detectado ni un solo caso más, pero es más que probable que este nuevo virus siga en la selva.
Alguna especie animal debe estar haciendo de reservorio, desde el que los mosquitos pueden llevarlo hasta los humanos que caminen por estos lugares sin habitar. Es una señal de la importancia de los sistemas de alerta ante nuevos patógenos, pero también de los riesgos de seguir realizando incursiones hacia lugares en los que el ser humano es una excepción.
Fuente: Hipertextual