Fallece a los 100 años el expresidente estadounidense Jimmy Carter

De origen campesino, se convirtió en un destacado militar, estadista, diplomático, filántropo y escritor.

Fallece a los 100 años el expresidente estadounidense Jimmy Carter

Autor: Daniel Carpinteyro

PLAINS, GEORGIA, 29 DE DICIEMBRE DE 2024. Tras un complicado 2024 en el que vivió diversas hospitalizaciones, el trigésimo noveno presidente de la Unión Americana falleció hoy a la edad de 100 años.

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Su deceso se dio en la intimidad de su residencia privada, en Plains, estado de Georgia, rodeado por su familia, quienes refirieron como «pacífico» el momento en que el expresidente falleció.

En un comunicado oficial, la vicepresidenta Kamala Harris reflexionó con estas palabras sobre el deceso;

Hoy, (Estados Unidos de) América y el mundo perdieron a un líder, humanista y estadista extraordinario. Durante seis décadas, tuvimos el honor de llamar a Jimmy Carter un querido amigo. Pero lo que es extraordinario de Jimmy Carter es que millones de personas a lo largo de América y del mundo que nunca lo conocieron, lo consideraban asimismo como un amigo.

Campesino, militar, estadista, diplomático, filántropo y escritor: un siglo de vivencias extraordinarias

Formado en un ambiente rural, Jimmy Carter recibió su primera instrucción en una pequeña escuela comunitaria en Plains, Georgia. Se dice que hasta cumplir diez años gozó de un hogar con energía eléctrica y agua potable. Su formación superior fue de corte militar, pues ingresó a la Academia Naval de las Fuerzas Armadas de su país, donde se recibió como Oficial de Submarinos. Participó en diversas campañas tanto en el Atlántico como en el Pacífico, especializándose en gestión de riesgos de reactores navales impulsados por energía atómica.

Más adelante Carter volvió a Plains a hacerse cargo de la granja familiar y poco después incursionó en la política de su estado hasta convertirse en gobernador de Georgia en 1970. Su administración se caracterizó por la apertura ante los derechos civiles de las minorías raciales, que en los rurales estados sureños aún enfrentaban resistencia por parte de la población caucásica.

En 1976 se postuló a la presidencia de los Estados Unidos, aún sin el beneplácito inicial de los actores estratégicos en Partido Demócrata de aquel entonces. Se cuenta que para el grueso de los electores estadounidenses era hasta tal punto un desconocido que cuando escuchaban su nombre, preguntaban «¿Jimmy quién?«, expresión que Carter abrazó como un eslogan de campaña.

Ocupó la Casa Blanca entre 1977 y 1981. Uno de sus primeros actos oficiales fue la firma de la Proclama 4483, que otorgaba una amnistía a los evasores de la leva militar para la Guerra de Vietnam.

En general es reconocido como un mandatario conciliador, que gestionó acuerdos de paz entre Egipto e Israel, devolvió la operación del Canal de Panamá al país sudamericano y promovió acuerdos entre su país y la entonces Unión Soviética para desescalar la producción de armas nucleares. Sin embargo. su presidencia estuvo empañada por la escalada de la inflación y el desabasto de combustibles para el público en general. Mientras esto sucedía, Carter gestionó un rescate millonario para la automotriz Chrysler.

En 1981, Carter se postuló a reelección, pero perdió contra Ronald Reagan, un actor convertido en político conservador republicano con enorme devoción por las tesis neoliberales de Milton Friedman y la Escuela de Chicago.

Tras la conclusión de su presidencia, Carter se mantuvo activo en misiones diplomáticas, en especial en África y Medio Oriente, donde gestionó diversas campañas de ayuda humanitaria. En 2007, durante una visita a Etiopía, cuyo objetivo era combatir la epidemia de ceguera fluviogénica u oncocercosis, Carter sintetizó en estas palabras las necesidades que todo ser humano en el planeta debería tener garantía de cobertura:

En (Estados Unidos de) América, si le preguntas cualquier persona en la calle qué sabe de derechos humanos, dirán «libertad de expresión, libertad de asamblea, libertad de culto, juicios mediante jurados, un gobierno democrático». Sin embargo, esos no son derechos humanos que preocupen a personas de esta villa, a pesar de que gozan de algunas de esas cosas. Considero que que existe un derecho humano a vivir una vida decente, tener un hogar en el cuál dormir por la noche, vivir libre de enfermedades prevenibles, tener acceso a un mínimo de educación, disponer de un mínimo de autorespeto, alguna esperanza de que el futuro será mejor que lo que ha sido el pasado. ¿Sabes? Esos también son derechos humanos.

Carter fue además un prolífico escritor, acumulando en su trayectoria más de una veintena de obras publicadas, de corte autobiográfico, ensayístico, religioso y poético, con los que complementaba sus ingresos para el sustento de su familia.

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