Hace más de un año que en la casa de Angélica Romero las risas no se oyen. Sus hijos ya no tienen con quien jugar, señaló mientras sostiene el retrato de su madre Laura Crisóstomo Marcelo, quien desapareció el 21 de octubre de 2020, en Amozoc, Puebla.
Laura era una mujer muy alegre, que amaba cocinar, platicar con su familia, con quienes se reunía para comer barbacoa. Desbordaba su amor y no se cansaba de jugar con sus dos nietos.
Tenía al momento de su desaparición 50 años, vivía con su pareja en Amozoc desde hace siete años y padecía de problemas del corazón.
El caso fue notificado a la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla, aunque la hija dice que el avance de la investigación es insuficiente, pero que mantiene las esperanzas de encontrar alguna pista que la lleve a su paradero hasta finalmente encontrarla.
«Han sido meses muy difíciles, pero lo que sigue es continuar y hacer hasta lo que más se pueda para saber lo que le pasó, no creo que la tierra se la haya tragado»
La última llamada
Angélica Romero, su única hija, recuerda que habló por teléfono con Laura, sin embargo, la escuchó acelerada y prometió regresar la llamada; nunca lo hizo.
«Fue un miércoles (21 de octubre de 2020), el último día que tuve contacto con ella, hablé por teléfono con ella, pero solo unos segundos, se oía que tenía prisa; lo único que me dijo fue que más tarde me hablaría para hablar con sus nietos, pero esa llamada no sucedió»
A partir de ese momento, lo único que recibió fueron mensajes de que “estaba bien” y que pronto regresaría a verla, aunque los textos no parecían haber sido escritos por ella.
Angélica se puso en contacto con su pareja, pero él negó haberla visto. Estaba preocupada porque sabía que tenía problemas con él y su familia. “Me dijo: yo la dejé en la casa, pero si la encuentras, sé fuerte”.
Para Angélica este proceso ha sido muy complicado, pues es la única hija y tiene que “cargar con todo el peso del caso”, aunado al nulo apoyo que recibe por parte de las autoridades.
El caso es atendido por la Fiscalía Especializada para la Investigación y Persecución de los Delitos de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición cometida por Particulares; no obstante, Angélica denuncia que no le han entregado resultados de la búsqueda, incluso el agente ministerial a cargo pospone las citas o no contesta a las llamadas.
Actualmente se ha integrado al colectivo Voz de los Desaparecidos en Puebla, además ha creado un grupo en redes sociales llamado “Angie Buscando A Laura Crisóstomo”, en donde se comparten fichas y carteles para agilizar la localización de su madre.
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Desaparece después de su cumpleaños
Angélica recuerda a su mamá como una persona amorosa y trabajadora, que vivía con el anhelo de ver crecer a sus nietos.
No tiene fotos ni videos, pero en su memoria está un recuerdo muy marcado: su festejo de cumpleaños el 17 de octubre de 2020. Después, en cuatro días, su desaparición.
«Ese día (de su cumpleaños), la abracé y lloramos mucho, tal vez porque ella presentía que era el último abrazo que nos íbamos a dar. Le dije que le agradecía mucho a Dios porque ella fuera mi madre, es el último recuerdo que tengo de ella, ese abrazo, y es a lo que me aferro, volver a abrazarla una vez más»
Sus nietos la esperan
Sus dos nietos, Karen y Axel, ambos de 13 y 14 años, respectivamente, son los que más han resentido su ausencia.
Ambos recuerdan lo mucho que su abuelita Laura se preocupaba por ellos. Los iba a dejar a la escuela, les preparaba su comida favorita en su cumpleaños, jugaban fútbol y corrían en el pasillo de la casa. Su abue se perdió un momento especial: su ingreso a la secundaria.
Para los menores, su abuelita es su motor y quieren que, cuando ella regrese, vean lo mucho que han crecido.
Karen, desea convertirse en una gran maquillista o maestra, en tanto, Axel cuando sea más grande quiere formar una empresa de contabilidad o ser futbolista.
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Piden agilizar la búsqueda
Lilia Bello, la suegra de Angélica, tiene la gran responsabilidad de cuidar de sus nietos ahora que desapareció Laura.
Ella la recuerda como una persona alegre, muy platicadora y como una de las mejores consuegras que ha tenido. «Es muy buena la señora, no sé porque diosito se lleva a las personas que son más buenas», comentó.
Angélica y su familia exigen a las autoridades que “hagan su trabajo y que avancen con la carpeta de investigación”, debido a que no observan ningún avance.
Mientras el tiempo sigue avanzando, sus nietos, amigos y colectivos siguen con la búsqueda y esperando lograr una pista por su cuenta.
Ilustración: Iván Rojas
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