Andrés Manuel López Obrador (AMLO) concluyó su mandato como el primer presidente de México proveniente de un partido de izquierda, cerrando un capítulo que ha transformado profundamente el paisaje político y social del país.
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Desde el inicio de su gestión, López Obrador se propuso romper con los esquemas de los gobiernos anteriores, adoptando un estilo de liderazgo que priorizó la cercanía con la ciudadanía. La desarticulación del Estado Mayor Presidencial y la creación de la Ayudantía fueron pasos decisivos en su búsqueda de un gobierno más accesible.
A lo largo de su mandato, estableció un vínculo cercano con el pueblo, permitiendo conocer de primera mano sus inquietudes y mantenerse informado sobre la realidad en las comunidades más remotas del país. Sus recorridos por el territorio nacional no solo le permitieron supervisar y avanzar en los proyectos del sexenio, sino que también contribuyeron a consolidar su popularidad entre sus seguidores.
Las mil 428 Mañaneras se convirtieron en el principal canal de comunicación política y social del presidente. Desde estas conferencias, presentó y concretó diversas medidas anunciadas durante su campaña presidencial de 2018, como la prohibición de la condonación de impuestos, la implementación de la austeridad republicana y el aumento del salario mínimo. Además, creó la Guardia Nacional y garantizó pensiones para las personas de la tercera edad y aquellas con discapacidad.
López Obrador utilizó este espacio no solo para informar, sino también para hacer propaganda política, criticar a sus adversarios y dirigir instrucciones a los legisladores de su partido. Durante su mandato, denunció abusos del poder judicial federal y cuestionó a figuras influyentes de diversos ámbitos, incluidos propietarios de los corporativos de comunicación. En el contexto de la pandemia de COVID-19 en 2020, las conferencias fueron lideradas por el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, quien se encargó de informar a la población sobre las medidas de protección, la evolución de la pandemia y el proceso de adquisición de vacunas.
A lo largo de su sexenio, López Obrador definió su gobierno como «Humanismo Mexicano», centrado en un estado de bienestar que buscó equilibrar el desarrollo y el crecimiento económico. Desde el inicio hasta el final de su mandato, mantuvo críticas al régimen neoliberal, que había gobernado durante 36 años sin hacer nada por el pueblo, generando más pobreza y enriqueciendo a unos pocos.
Durante su administración, Andrés Manuel López Obrador logró hitos significativos, como el aumento del salario mínimo, la revitalización del sistema de salud pública, la implementación de la austeridad republicana y el inicio de megaobras como el Tren Maya y la refinería Olmeca en Dos Bocas. Estos proyectos, aunque controversiales, reflejan su compromiso por impulsar el desarrollo regional y económico, desafiando la narrativa de un México donde el crecimiento se había concentrado en unos pocos.
Uno de los momentos más tensos de su sexenio ocurrió a finales de 2023, cuando López Obrador anunció su intención de promover una reforma para que jueces, magistrados y ministros fueran electos por voto popular. A pesar de las múltiples demandas para reformar el sistema y reducir los salarios de los altos funcionarios judiciales, el presidente optó por llevar a cabo una «limpieza de la corrupción en el poder judicial federal», acusando a este de estar al servicio de los poderosos y de perpetuar una estructura familiar, dado que muchos de sus empleados son parientes o aliados de los juzgadores.
La iniciativa, presentada en febrero de 2024 y recientemente aprobada, propone reducir el número de ministros de la Suprema Corte de 11 a 9 y transformar el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) para sancionar conductas irregulares de los jueces, además de regular con mayor precisión los salarios de los ministros, jueces y magistrados.
El 30 de septiembre de 2024, concluyó el mandato de López Obrador. A partir del 1 de octubre, dejará oficialmente la presidencia. Tras una evaluación en Palenque, Chiapas, se trasladará a su quinta, donde iniciará su retiro de la vida pública, dedicándose a descansar y escribir.
En su último día de gobierno, reafirmó su compromiso con una visión de unidad y solidaridad entre naciones que comparten una historia de lucha por la justicia social. Su legado ha polarizado opiniones, pero indudablemente ha marcado un antes y un después en la política mexicana.
El futuro queda en manos de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, quien deberá continuar la tarea de consolidar la Cuarta Transformación en un contexto que enfrenta profundos retos, pero también oportunidades para avanzar hacia un México más justo y equitativo. Con el cierre de este ciclo, se abre la puerta a nuevas esperanzas y desafíos para el país, que sigue en su búsqueda de un cambio significativo y duradero.
Nota especial: Fernando Cabrera para El Ciudadano México
Foto: Archivo El Ciudadano
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