Frases gordofóbicas: catálogo de discriminación y violencia psicológica

«Tienes una cara preciosa, sólo te falta bajar de peso«, es una expresión que hemos escuchado alguna vez.

Y quizá también hemos escuchado o dicho: «¿Bajaste de peso? ¡Te ves muy bien!«

Pese a su tono laudatorio, ambas frases contienen una gran carga discriminatoria contra las personas con exceso de peso y forman parte del catálogo de la violencia psicológica que se ejerce contra ese sector de la población.

Es común que a las personas con sobrepeso se les asocie con valores morales como la falta de autocontrol, indisciplina, flojera, pasividad o que son inseguras, según explica la profesora e investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM, Ana Celia Chapa Romero.

Violencia física, psicológica y económica

En declaraciones a La Gaceta de la UNAM, Chapa Romero agregó que contra las personas obesas se ejerce violencia física, psicológica y económica, además de que enfrentan barreras de tipo ambiental, como como espacios diseñados solamente para determinados tipos de cuerpos, o las barreras sociales que se reflejan en el hecho de que “las personas obesas o con sobrepeso tienen una tasa de desempleo mayor”.

Los especialistas, María Leticia Bautista-Díaz, Ana Karen Márquez Hernández, Norma Angélica Ortega-Andrade, Rubén García-Cruz, Georgina Alvarez-Rayón, coautores del estudio “Discriminación por exceso de peso corporal: Contextos y situaciones”, señalan que la discriminación hacia el exceso de peso –de la que forman parte las frases señaladas- se ha generalizado y agudizado, instaurándose una sociedad obesófoba en la que impera una excesiva preocupación por el peso y la forma corporal, misma que induce a la búsqueda desmesurada de encarnar el ideal corporal y, en consonancia, se juzga y sanciona a quienes no cumplen con las normativas que dicta la estética corporal.

Estigmatizar, devaluar, degradar

Los coautores del estudio publicado en la Revista Mexicana de Trastornos Alimentarios precisan que en el ámbito de la psicología social, estigmatizar significa atribuir a alguien una característica que le devalúa o le degrada. Le subyace un proceso cognitivo aprendido, a partir de la propia experiencia y la información que transmite el contexto, mediante el que se construyen juicios elementales (o prejuicios) acerca de los otros.

Según cifras del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) – citadas por el mencionado estudio- 93% de los profesionales en recursos humanos y 95% de los empleados creen que la obesidad conlleva un estigma social. En cuanto a los empleadores, cerca del 14% prefieren no ascender a un empleado con obesidad, 44% considera que la obesidad afecta negativamente la productividad del empleado, 93% indican que en caso de tener que elegir optarían por un empleado de peso “normal”, y más del 50% opina que las personas con obesidad carecen de autodisciplina.

Así que si escuchamos o pronunciamos algo como «Nadie te va a querer si no bajas de peso», estamos ejerciendo violencia psicológica y reproduciendo prejuicios y estigmas contra un sector vulnerable de la población cuando lo mejor sería promover el respeto y la tolerancia a la diversidad, en este caso, corporal.

Ilustración: Iván Castillo

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