Una opción es almacenarlo bajo tierra en formaciones geológicas. Sin embargo, el CO2 puede escapar de estas formaciones y volver a la atmósfera.
La mineralización de carbono convierte el CO2 en roca sólida, lo que lo hace más seguro. Este proceso puede ser lento, pero se ha descubierto que algunas bacterias pueden acelerarlo drásticamente.
Estas bacterias pueden convertir el CO2 en roca sólida en solo 10 días. Esto ofrece una forma rápida y efectiva de almacenar CO2 de manera segura bajo tierra.
Este hallazgo podría tener importantes implicaciones en la lucha contra el cambio climático. Se podrían almacenar grandes cantidades de CO2 en formaciones geológicas de manera permanente.
Las antiguas minas o depósitos de gas y petróleo abandonados podrían usarse como sitios de almacenamiento de CO2. Esto ayudaría a revitalizar áreas que de otra manera estarían en desuso.
Este avance es un ejemplo del buen uso de la ciencia para combatir el cambio climático. Es una esperanza para las generaciones futuras.
Fuente: Medriva
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