Por Alfonso Yáñez
El primero de marzo de 2018 se presentó en la Universidad Iberoamericana de Puebla el trabajo de investigación titulado Rafael Moreno Valle Rosas (2011-2017). La persistencia del autoritarismo subnacional, coordinado por el maestro Juan Luis Hernández Avendaño, jefe del Departamento de Ciencias Sociales de esa universidad.
El trabajo coincide con muchos de los datos y planteamientos presentados en La Democradura…, y resume así el saldo del morenovallismo:
“Durante el sexenio de Rafael Moreno Valle Rosas creció el autoritarismo, hubo un impacto negativo en el tema de los derechos humanos, se potenciaron las detenciones ante la crítica y la disidencia social, las autoridades jugaron con los indicadores pero no hubo impacto real en la calidad de vida y se creó una fantasía respecto a las obras monumentales en Puebla”. (iberopuebla.mx).
“Se controló a partidos de oposición, eliminando los contrapesos, y el gobierno poblano se encargó de tejer redes con las élites políticas y económicas. En Puebla no gobernó la alianza PAN-PRD, sino el Moreno Vallismo, una especie de Maximato…”
En el aspecto económico, se comentó en el evento, “…más que mejoras en la calidad de vida de la población, lo que se hizo fue generar empleos de baja remuneración, hay una profundización de la desigualdad durante todo su gobierno; hay una profundización en las condiciones de pobreza….”.
Por su parte, Ernesto Aroche, reportero del portal Animal Político, habló sobre el espionaje llevado a cabo por el gobierno de Moreno Valle contra ciudadanos y disidentes, para “evitar los contrapesos”.
Apología de Moreno Valle
Si el gobierno de Moreno Valle fue despedido con fuertes críticas en publicaciones editadas por la BUAP y la Universidad Iberoamericana, el exgobernador publicó su propia apología que encontró sus corifeos.
En abril de 2017, la editorial Miguel Ángel Porrúa publicó el libro La Fuerza del Cambio, de Rafael Moreno Valle, texto que en sus 240 páginas abunda en autoelogios y frases huecas, así como fotografías del autor y de su familia, copias de documentos personales, y fotografías de sus actos de campaña o de gobierno.
Precisamente en esa época, Moreno Valle acariciaba el proyecto de convertirse en candidato presidencial por el Partido Acción Nacional.
A fines de ese mes, el exgobernador de Puebla, presentó su libro en la Ciudad de México, acompañado de Guadalupe Loaeza y Leonardo Curzio. (Milenio Digital, 27 de abril de 2017)
En su intervención, Guadalupe Loeza elogió la “vocación de servicio” de Moreno Valle, de quien dijo que “entiende cuáles son los problemas de un país cuyos gobiernos le han impedido salir adelante”.
«Al terminar de leer el libro, me dije: mientras hay exgobernadores prófugos por el mundo y otros aprehendidos por la ley, hay quienes pueden publicar libros con todos sus logros y resultados que hablan por sí solos. Por eso Rafael Moreno Valle quiere ser presidente de la República porque, ¡yes, he can!».
Por su parte, el periodista Leonardo Curzio resaltó la “vocación política, liderazgo y técnico del estado, son las cualidades de Moreno Valle”.
«Ante gobiernos que son un desastre, Moreno Valle demuestra que se pueden hacer muchas cosas y puede utilizar los recursos para tener mejores resultados».
Opiniones como esas contrastan con la realidad que se vive en 2021 en el estado de Puebla y en el país, donde priva un clima de rechazo y de denuncia contra los antes reverenciados funcionarios de la entidad.
A la presentación asistieron Diego Fernández de Cevallos; el entonces gobernador de Chiapas, Manuel Velasco; el de Puebla, Antonio Gali y la delegada en Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez.
En junio de 2017, dos meses después de la presentación del libro, la editorial había vendido solamente 14 ejemplares impresos del mismo, y puso a disposición del público, de manera gratuita, su versión digital. (Sin embargo, 18 de junio de 2017).
El libro se pretendía vender en 250 pesos y al mismo precio se podían conseguir ejemplares en el 2020.
Promocionales de La Fuerza del Cambio
El lanzamiento del libro fue acompañado de una gran campaña publicitaria, con anuncios espectaculares, mensajes televisados e incluso en salas de cine.
Los críticos y adversarios políticos de Moreno Valle criticaron el hecho, haciendo notar que era una promoción costosísima para un libro que prácticamente no tenía ventas, lo que a su vez despertaba interrogantes sobre el origen de los fondos con los que se estaba haciendo esa publicidad.
El entonces senador Luis Miguel Barbosa pidió a las autoridades hacendarias que se investigara a la editorial Miguel Ángel Porrúa para determinar cuánto han gastado en la promoción del libro de Moreno Valle y de dónde provienen los recursos para colocar anuncios espectaculares con la imagen del panista poblano.
En las redes sociales, el libro consiguió, si no muchos lectores sí muchas burlas como ésta, de una internauta en Twitter: “Habría que reconocerle a Moreno Valle el mérito al primer libro en el mundo en tener más espectaculares que lectores”.
La Fuerza del Cambio provocó también un conflicto entre la editorial Porrúa, S.A. y la denominada Miguel Ángel Porrúa, pues la primera de ellas se deslindó de la publicación de ese libro.
El gerente general de Porrúa, S.A., José Antonio Pérez Porrúa, emitió un comunicado al respecto “para evitar controversias que puedan vincularnos con actos de legalidad ambigua”.
Miguel Ángel Porrúa respondió con otro comunicado de respaldo al libro de Moreno Valle que, señalaron, “se distingue por el esmero tipográfico y la procedencia ideológica de contenidos basados en información confiable”.
Aparte de la propaganda de los supuestos logros del gobierno de Moreno Valle, su libro aporta algunos datos acerca de sus antecedentes familiares y comenta algún episodio interesante de su carrera política.
En los primeros capítulos del libro, Moreno Valle se refiere a su genealogía, desde sus bisabuelos: “Por el lado de mi madre, los Rosas y Lozano vienen de Guadalajara, Jaisco y Jalapa, Veracruz” (p. 13).
Su bisabuela, Aída Cerdán Rojas estuvo casada con Octavio Lozano, de quien enviudó, y se casó con el ingeniero húngaro Lazlo de Bernath, quien llegó a México durante la Primera Guerra Mundial.
El abuelo de Rafael Moreno Valle, José Rosas Figueroa, nació en Guadalajara en 1915 y llegó de niño a la ciudad de México, donde se casó con Lozano Cerdán, nacida en Jalapa; la segunda de sus tres hijas fue Gabriela, madre de Moreno Valle Rosas.
José Rosas Figueroa fue abogado y director jurídico de la Sociedad Mexicana de Crédito Industrial, posteriormente Banco Mexicano Somex.
Por el lado paterno, las familias Moreno y Valle provienen de Atlixco, Tulcingo y Tecamachalco, Puebla, Huamantla, Tlaxcala; Orizaba y Córdoba, Veracruz.
“Mi bisabuelo, José de Jesús Moreno Viniegra fue militar a fines del siglo XIX y después comerciante, Él y su esposa Engracia Valle García, pusieron una tienda en el centro de Atlixco, en la que se vendía de todo: abarrotes, panadería y jarciería…” (p. 15)
El menor de sus ocho hijos fue Rafael, el abuelo de Moreno Valle Rosas, dos de cuyos hermanos, Jesús y Elías, “participaron en la fundación del Partido Acción Nacional en el estado de Puebla, cuando pertenecer a la oposición implicaba riesgos personales y patrimoniales” (p. 16).
En cuanto a su trayectoria política, Moreno Valle relata que el 5 de marzo de 2006 renunció al PRI y “Unos días después fui invitado a ser candidato al Senado por la coalición del PRD-PT-Convergencia, encabezada por Andrés Manuel López Obrador. Incluso se me planteó la posibilidad de integrarme al gabinete una vez ganada la presidencia” (p. 50)
“En aquel momento todas las encuestas otorgaban una ventaja de por lo menos 12 puntos a López Obrador. Sin embargo, como economista tenía claro que el proyecto que encabezaba era inviable, porque sus promesas de gasto público superaban por mucho las proyecciones de ingresos…” (Id.)
Cuando le comenté a mi padre la oferta recibida me dijo que en un mal gobierno no hay buenos funcionarios”.
Por otro lado, escribe Moreno Valle, el PAN lo invitó a ser candidato a senador por la vía plurinominal, oferta que aceptó, pues “la propuesta era atractiva”, pero insistió en competir por mayoría, espacio que le cedió Miguel Alonso Díaz Caneja, quien había sido electo en asamblea como “candidato uninominal”. (p. 51)
Como indica el relato anterior, el pragmatismo de Moreno Valle fue bastante descarnado: ajeno a cualquier simpatía o antipatía de tipo ideológico, pasó del PRI al PAN cuando este último estaba en su apogeo; y evitó, como muchos otros políticos, acercarse a una fuerza, de izquierda, cuyo triunfo consideraban imposible.
Ciertamente, López Obrador comenzó su campaña de 2006 con gran ventaja en las encuestas, pero pronto se evidenció el poder de los intereses económicos para frenar su avance.
En 2017, Moreno Valle creyó que, así como ocurrió con Calderón en 2006, los recursos que otorga el dinero y la influencia serían suficientes para que él pudiera llegar a la presidencia en 2018.