Indígenas nahuas y totonacos de la Sierra Norte de Puebla, en México, se oponen a los proyectos de minería a cielo abierto, represas hidroeléctricas y extracción de hidrocarburos, mediante la técnica de fractura hidráulica o fracking que pretenden instalarse en su región.
Javier Hernández, investigador de conflictos ambientales, asegura que «cientos de pueblos y comunidades se han movilizado para resistir frente a lo que ellos llaman ‘proyectos de muerte’, pues consideran que destruyen la naturaleza, contaminan el agua y la tierra, dividen a las comunidades y perjudican la salud de los pobladores».
Este antropólogo de la Universidad de Guadalajara advierte que los movimientos en defensa del territorio se han fortalecido y articulado desde entonces, pero existen dos de estos proyectos que están avanzando en materia de permisos otorgados por autoridades gubernamentales, generando molestias y preocupación a los pobladores.
Ante esta situación, representantes de diversas comunidades y organizaciones campesinas, indígenas y de derechos humanos viajaron a la ciudad de Puebla para movilizarse y alzar la voz, según informó el colaborador de Colombia Informa en México.
Proyecto hidroeléctrico
Uno de estos permisos fue aprobado el pasado 3 de julio por parte de la Comisión Nacional del Agua -Conagua- en el cual se autoriza la concesión de agua para el proyecto Puebla 1, complejo hidroeléctrico que contempla la construcción de dos embalses del Río Ajajalpan, en territorio totonaco.
Casi al mismo tiempo, la Comisión Nacional Forestal –Conafor- de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales –Semarnat-, aprobaba el permiso para cambio de uso forestal para el mismo proyecto.
Minería a cielo abierto
Días después, la empresa Almaden Minerals, que pretende ejecutar un proyecto de minería a cielo abierto en la zona nahua, en el municipio de Ixtacamaxtitlán, confirmó que está muy próxima a presentar la Manifestación de Impacto Ambiental para avanzar a la etapa de construcción de instalaciones y de producción a la mina, lo que generaría daños terribles al agua y la salud de los pobladores.
Ante estas noticias, distintos representantes de pueblos indígenas Nahuas y Totonacos tomaron la palabra para denunciar la represión, criminalización y persecución que han sufrido los defensores del territorio por parte de empresas y Gobierno.
Los manifestantes realizaron una marcha pacífica rumbo a las instalaciones de Semarnat, donde fueron recibidos y entregaron dos oficios en los cuales expresaban su inconformidad por el avance de los proyectos, tomando en cuenta que esta institución se había comprometido a no dar ningún permiso que pusiera en riesgo la vida de la gente.
La concesión de estos permisos es contradictoria por lo expresado por la delegada de Semarnat, puesto que las autoridades ambientales tenían conocimiento de dos estudios realizados por especialistas, los cuales confirman que la construcción de hidroeléctricas pone en riesgo la vida de las comunidades Nahuas y Totonacas y provocaría daños irreparables al territorio.
En el caso del proyecto Ixtaca, las actividades de exploración minera que hasta el momento ha realizado la empresa en zona Nahua han provocado severos daños sociales, ambientales y en materia de derechos humanos. De aprobarse los permisos para extracción, el daño y la destrucción sobre el territorio serían catastróficos e irreversibles, pues la ejecución de una mina a cielo abierto afecta y vulnera la base material y social de la vida de los pueblos de la Sierra.
Ante este panorama, las organizaciones tienen contemplado continuar con las movilizaciones, pues en los próximos meses está por emitirse la resolución respecto a uno de los amparos interpuestos por las comunidades.