Han pasado tres días desde que una toma clandestina de gas LP explotó en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacán. Las familias siguen en la espera del dictamen del personal de Protección Civil sobre el estado de sus hogares. A pesar de la declaratoria inicial de “pérdida total” esperan recuperar algunas pertenencias antes de que la maquinaria comience con las labores de remoción de escombros.
La mayoría no puede ir a los refugios y prefieren quedarse a dormir en las banquetas de la calle Benito Juárez, ante el miedo de que alguien más burle los cercos de seguridad y se lleve lo poco que les queda.
No los dejan entrar
Rosalía Vega tiene dos hijas: María de los Ángeles, de 18 años de edad y Brenda Paola de 13. Ella no ha podido trabajar desde hace dos días, ya que no le han permitido entrar para revisar si puede recuperar un poco de ropa o artículos personales del lugar en donde vivía. Tampoco sabe si será apoyada por el gobierno estatal.
“Nos salimos corriendo. Mis hijas están faltando a la escuela. Yo tenía que ir a trabajar y no puedo. Dejé mis papeles. Mi casa fue pérdida total, nos dijeron que no podemos entrar y la verdad quisiera que nos ayuden aunque sea en algo. No tenemos nada”.
Rosalía Vega
Vecina afectada
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Ella fue una de las personas que dieron aviso para que todos pudieran salir del lugar. No quería que le pasara nada a ninguna de las personas que quería por culpa de la delincuencia que impera en San Pablo.
“Ahorita incluso yo no puedo respirar bien, creo que inhalé mucho gas. Me cuesta respirar y me duele mi pulmón. Yo quisiera que castigaran al que hizo esto. No es posible, mucha gente inocente se murió por esto, cuando no tenía nada que ver. Uno está trabajando y ganándose el pan honradamente, ¿para qué?, ¿para que otra persona nos quite nuestro hogar?”.
Rosalía Vega
Vecina afectada
Su esposo, don Onofre Serrano, de 43 años de edad, contó que ha vivido en San Pablo desde que nació, pero la situación comenzó a volverse insegura en 2016, cuando el problema del robo de petróleo y gas se hizo frecuente, tanto en la junta auxiliar como en varios municipios de Puebla.
“Yo he vivido aquí toda la vida, aquí nací y no me quiero ir. Conocí a mi esposa y la traje conmigo porque era tranquilo. Tiene 20 años viviendo aquí, luego nacieron mis hijas. Fue en 2016 cuando se empezó a mencionar eso del robo de gas aquí y en todos lados. Ahora sólo importa que estemos bien, pero en verdad necesitamos que nos apoyen, quien sea”.
Onofre Serrano
Vecino afectado
Los policías del lugar señalan que para acercarse a sus predios y buscar algunas cosas deben identificarse, ya que con eso se puede garantizar que no se cometan robos; sin embargo, la mayoría de personas no sacó su cartera o dejó su INE olvidada al evacuar el área de riesgo.
Piden documentos que no tienen
Otros añaden que aquellos que no cuentan con una credencial o documento oficial, son auxiliados por sus compañeros, quienes acompañan al solicitante para tomar sus datos, verificar los objetos que se llevan y toman fotografías para ampararse ante cualquier reclamo, pero alguno añaden que eso no es verdad.
“En mi caso fue pérdida total. No nos dejan sacar muebles, ropa, nada. Incluso ahorita sólo nos dejaron sacar algunos animales que estaban en el patio. Dejamos dinero, dejamos cosas, dejamos documentos, no nos dejaron sacar ya nada”
Silvia Bravo
Vecina afectada
Añadió que por la premura, ante el miedo de que ella o algún integrante de sus familias perdieran la vida, salieron con lo que tenían puesto en ese momento, pero encontraron apoyo en el albergue des la Telesecundaria “Lic. Adolfo López Mateos”, ubicada en calle Emiliano Zapata número 22, en San Pablo Xochimehuacán.
“Los de Protección Civil no nos ha dicho otra cosa aparte de que fue pérdida total y que no podemos sacar nada. Nosotros rentamos y la dueña, pues nos dijo que mejor busquemos otro lugar donde vivir porque ella no puede hacer nada”.
Silvia Bravo
La vivienda en la que habitaba Silvia, igual que varias de las afectadas, era rentada. La propietaria se deslindó de responsabilidad y les solicitó marcharse del lugar, pues no tiene la certeza de volver a levantar la casa.
A dos días del siniestro, los lugareños continúan solicitando que les den permiso de buscar todo aquello que no fue alcanzado por las llamas o quedó bajo las bardas de sus viviendas. Temen perder sus pertenencias y documentos legales una vez que los trascabos inicien los trabajos para retirar los escombros.
“¿Qué tal y quedó algo que sirve? No nos dejan pasar a buscar nuestras cosas. Unos dicen que según nos van a ayudar con la reconstrucción de la casa, pero ¿y lo que había adentro? Nuestra ropa, nuestros muebles, los aparatos. A nosotros nos dijeron que la casa no es pérdida total, pero ya no tiene un muro. ¿Y si cuando entren las maquinas se cae nuestra casa y ya sacan todo sin decirnos nada?”, cuestionó Gabriela a los oficiales que le impedían pasar los cercos de seguridad.
Denuncian robos en la zona
Los vecinos afirman que los inmuebles fueron saqueados durante la madrugada de este 2 de octubre. La mayoría de los pobladores afectados por la rapiña se quedaron a dormir “en el refugio de la telesecundaria”. Los que buscaron evitar que personas ajenas sacaran las pocas pertenencias que les quedan, lo hicieron en camionetas y en las banquetas.
“Estábamos en el refugio, pero nos dijeron que estaban sacando las cosas. Cuando llegamos había personas que no conocimos y se estaban llevando varias bolsas. Le preguntamos a los policías que quiénes eran y no nos supieron dar razón. No se vale,” denunció Mario, uno de los vecinos que tuvo que estacionar su camioneta cerca de la privada en donde vive, para vigilar que nada más pasara.
Foto: Humberto Aguirre