El gobierno de Japón acaba de lanzar una campaña para incentivar a los jóvenes a que beban más alcohol. Esta inusual medida de adoptó a raíz de la baja recaudación de impuestos que generan las bebidas como el sake. Las nuevas generaciones no consumen tanto alcohol como lo hacían sus padres.
La Agencia Nacional de Impuestos (NTA, por sus siglas en inglés) lanzó la sorpresiva campaña «¡Sake Viva!». Se enfoca en ciudadanos japonenes, de entre 20 y 39 años, para que vuelvan a tomar alcohol. El primer paso, es una competencia nacional para conseguir ideas que permitan revertir la tendencia de la abstemia.
La convocatoria pide a los jóvenes de Japón que compartan sus ideas de negocios que puedan impulsar el consumo entre sus pares. No importa si es para beber sake, whisky, shochu, cerveza o vino.
«El pico de consumo en Japón fue hace unos 40 años, per ha disminuido significativamente desde entonces», dijo Hiromi Luchi, portavoz de la Asociación de Fabricantes de Sake y Shochu.
Autoridades de Japón detrás de la competencia señalan que los nuevos hábitos formados durante la pandemia de COVID-19 y una población que envejece más llevaron al declive de la venta de alcohol.
Medios de esta país señalan que las reacciones por la campaña son mixtas. Algunos critican la idea de promover un hábito poco saludable. Por otra parte, otros respondieron al llamado de las autoridades y solicitaron que sean actrices famosas quienes promuevan las bebidas dentro de los clubes digitales que hay en el mundo de la realidad virtual.
De acuerdo con información de «The Japan Times», los ingresos fiscales por el licor se desplomaron 9.1% en 2020. Esto significa que el gobierno perdió más de 110 mil millones de yenes, que se traducen en 813 millones de dólares.