La deforestación en territorios indígenas brasileños provocó la emisión de más de 90 millones de toneladas métricas de CO2

La pérdida de árboles en la Amazonia de Brasil provocó la emisión de millones de toneladas métricas de dióxido de carbono entre 2013 y 2021, modificando el papel de la selva como reductor de este elemento

La deforestación en territorios indígenas brasileños provocó la emisión de más de 90 millones de toneladas métricas de CO2

Autor: Gerardo Sifuentes

Un estudio reciente, elaborado por científicos brasileños, indica que la deforestación en territorios indígenas (TI) de la Amazonia ha aumentado 129% desde 2013, seguida de un aumento en las áreas dedicadas a la minería ilegal. Tan solo en el periodo 2019-2021, la deforestación fue 195% mayor y 30% más alejada de las fronteras hacia el interior de los TI que en años anteriores (2013-2018). Además, alrededor del 59% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) dentro de los TI en 2013-2021 (96 millones de toneladas) ocurrieron en los últimos tres años de los años analizados.

¿De qué tipo de zona hablamos?


Hay estudios que demuestran que los TI de la Amazonia han servido como modelos eficientes para preservar los bosques al reducir la deforestación, los incendios y las emisiones de carbono. Cerca de 700 mil indígenas viven en estas zonas, y más de la mitad están dentro de las fronteras brasileñas. Los TI albergan más de un millón de kilómetros cuadrados de bosques tropicales que contribuyen a la regulación del clima y albergan una biodiversidad única y una diversidad sociocultural de los pueblos que la habitan. Más allá de los beneficios de un área conservada, las áreas protegidas, incluidas las TI, aún pueden actuar como escudos contra la deforestación y la degradación forestal. Al garantizar los derechos territoriales de los pueblos indígenas, estos territorios podrían reducir la deforestación hasta en un 66 %. De esta manera, los TI no solo son esenciales para mantener los modos de vida ancestrales, teniendo un papel clave en la garantía de los derechos humanos de estos pueblos, sino que también son una estrategia rentable para la conservación.

Sin embargo, los TI se han visto en problemas debido a las operaciones mineras ilegales. El aumento de la deforestación, en parte impulsado por reveses políticos de los derechos de las comunidades indígenas, pone en peligro el papel de la Amazonia para mitigar los efectos adversos del cambio climático, ya que actúa como sumidero de carbono siempre que se le deje aislada.

¿Qué estudios se han realizado?

En un artículo publicado el año pasado, los científicos brasileños dieron la alerta sobre la expansión de las actividades mineras furtivas en los TI que se encuentran en la región conocida como la Amazonia Legal, un área que abarca nueve estados brasileños definidos por leyes federales desde 1948 con fines de desarrollo y protección ambiental. Toda la minería en estas áreas es ilegal. En el período 1985-2020, la actividad minera aumentó 1217%, de 7.45 km² a 102.16 km². La gran mayoría (95%) ocurrió en los TI de Kayapó, Munduruku y Yanomami, en los estados de Pará y Roraima.



¿Qué descubrieron ahora?

Los datos del nuevo proyecto de investigación muestran que la deforestación en territorios indígenas totalizó 1,708 km², o el 2.38% de la deforestación total en la Amazonia brasileña en el período 2013-2021. En el análisis de 232 territorios, encontraron que la deforestación anual promedió 35 km², aumentando 129% entre 2013 y 2021. El aumento fue de 195% en los últimos tres años del período.

El artículo también muestra que la distancia de las áreas deforestadas desde los límites de los TI en cuestión aumentó significativamente en el período, aumentando 30%, de 6.80 km² a 8.87 km² en promedio. Así, la deforestación aumentó 42% de las TI analizadas, significativamente en 20 km², desde la región de Arara, en el estado de Pará, con una tasa de 0.02 km² por año, hasta Apyterewa, también en Pará, con 8.58 km² por año.

Por otro lado, la deforestación disminuyó 11% en ciertos TI analizados, significativamente en cinco, incluidos Alto Turiaçu (estado de Maranhão), hogar de unos 1,500 miembros de las comunidades indígenas Awa Guajá, Ka’apor y Tembé.

En números absolutos, las áreas deforestadas en estos territorios pueden no parecer tan grandes, pero se supone que están protegidas ambientalmente, por lo que el impacto es aún mayor. Además de la destrucción de la naturaleza, la deforestación trae consigo otros problemas, como enfermedades y amenazas a la supervivencia de las comunidades indígenas aisladas. Un caso reciente involucró a los yanomami, muchos de los cuales murieron debido a la invasión de los mineros furtivos [garimpeiros].

Algunas de las recomendaciones del estudio son derogar leyes y medidas que hayan causado degradación ambiental; crear una zona de amortiguamiento de 10 km entre los TI y las áreas mineras o proyectos de alto impacto; más inversión en monitoreo por teledetección; cancelar todas las iniciativas de desarrollo rural dentro de los TI; fortalecer la agencia federal encargada de garantizar los derechos de las comunidades indígenas (FUNAI), con mayor financiamiento y dotación de personal. Este año, la abogada Joenia Wapichana se convirtió en la primera persona indígena en ser nombrada para dirigir la FUNAI.

El doctor Celso H. L. Silva-Junior, profesor del Programa de Posgrado en Biodiversidad y Conservación de la Universidad Federal de Maranhão, Brasil, es el primer autor del artículo “Territorios indígenas de la Amazonía brasileña bajo presión de deforestación”, publicado por la revista de revisión por pares Scientific Reports el 10 de abril de 2023.

Con información de: fapesp.br y www.nature.com

Foto: Internet

Recuerda suscribirte a nuestro boletín

📲 https://t.me/ciudadanomx
📰 elciudadano.com


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano