La gestión sostenible del abastecimiento de agua en las ciudades constituye uno de los principales retos de nuestro tiempo. Solo durante las dos primeras décadas del siglo XXI, las grandes áreas metropolitanas, tanto en el hemisferio norte como en el sur, han experimentado sequías extremas pero también niveles insostenibles de consumo de agua. Se espera que las crisis sean más frecuentes, y se prevé que más de mil millones de residentes urbanos experimentarán escasez de líquido en un futuro próximo. Ante la incertidumbre del suministro, satisfacer la creciente demanda y encontrar un equilibrio sostenible entre la ciudad y las zonas rurales que la rodean se está convirtiendo en un desafío cada vez mayor.
Ahora una nueva investigación ha encontrado que las desigualdades sociales contribuyen a agudizar las crisis de abasto de agua en las ciudades, esto en mayor proporción que los factores ambientales como el cambio climático o el crecimiento de las poblaciones urbanas.
El estudio encontró que las familias más ricas consumen agua en exceso para su propio ocio: llenar piscinas, regar jardines o lavar autos; anteriormente se ha reportado que el mantenimiento de los exclusivos campos de golf a los que suelen acudir consumen una gran cantidad de agua para su mantenimiento. El equipo de investigación se centró en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, donde la crisis de agua en las urbes significa que muchas personas desfavorecidas vivan incluso sin llaves surtidoras ni inodoros, usando su ración de agua únicamente para beber y bañarse.
¿Cuál es la magnitud de los problemas de abastecimiento de agua?
El cambio climático y el crecimiento de la población significan que el agua se está convirtiendo en el recurso más preciado. Existen problemas de escasez en ciudades como Londres, Miami, Barcelona, Beijing, Tokio, Melbourne, Estambul, El Cairo, Moscú, Bangalore, Chennai, Yakarta, Sydney, Maputo, Harare, Sao Paulo, Ciudad de México y Roma.
Debido a las sequías y al uso insostenible de este líquido durante los últimos 20 años, las proyecciones muestran que esta crisis podría empeorar aún más a medida que se amplía la brecha entre ricos y pobres en muchas partes del mundo. El estudio proporciona evidencia de los estrechos vínculos entre la desigualdad social, económica y ambiental.
¿Por qué se realizó la investigación en Sudáfrica?
Primero, porque la ciudad está marcada por desigualdades socioeconómicas y un espacio urbano marcadamente segregado. En segundo lugar, entre 2015 y 2017, Ciudad del Cabo experimentó una grave sequía, que se convirtió en una crisis de agua sin precedentes, conocida como el Día Cero. El modelo de análisis propuesto en la investigación simula el consumo desigual entre los diferentes grupos sociales antes, durante y después de la sequía, explorando y evaluando las implicaciones que tiene el consumo en el sistema hídrico. La forma y las características urbanas de Ciudad del Cabo no son exclusivas de esta ciudad, sino que son comunes a muchas áreas metropolitanas de todo el mundo. Por lo tanto, el modelo de análisis es flexible y puede ajustarse para analizar la dinámica en otras ciudades caracterizadas por desigualdades socioeconómicas, patrones desiguales de consumo de agua y acceso variado a fuentes de agua privadas y suministro público.
El modelo identifica cinco grupos sociales, que van desde la ‘élite‘ (personas que viven en casas espaciosas con grandes jardines y piscinas) a los ‘habitantes informales‘ (personas que tienden a vivir en cinturones de miseria en las afueras de la ciudad). Esta propuesta cambia el enfoque comúnmente utilizado, que se basa en los promedios de consumo de agua por habitante y simula los niveles de consumo en diferentes grupos sociales. La nueva perspectiva permite explorar el papel que juegan las clases de mayores ingresos en el balance hídrico de una ciudad, al mismo tiempo que evalúa su capacidad para responder a las crisis relacionadas con la sequía en relación con otros grupos sociales.
¿Qué descubrieron?
Los resultados obtenidos son contundentes: mientras los hogares de élite y de ingresos medios-altos representan menos del 14% de la población de Ciudad del Cabo, estos utilizan más de la mitad (51 %) del agua consumida por toda la ciudad. En cambio, los hogares informales y los hogares de bajos ingresos representan el 62% de la población de la ciudad, pero consumen sólo el 27 % del agua de Ciudad del Cabo.
Los investigadores destacan que los esfuerzos para administrar los suministros de agua en ciudades con escasez se centran principalmente en soluciones técnicas, como el desarrollo de una infraestructura de agua más eficiente. Pero estas estrategias reactivas, que se centran en aumentar el suministro, son insuficientes y contraproducentes. En cambio, un enfoque más proactivo, dirigido a reducir el consumo insostenible de agua entre las élites, sería más efectivo.
La investigación, «Crisis de agua urbana impulsada por el consumo insostenible de las élites», dirigida por la Dra. Elisa Savelli de la Universidad de Uppsala, Suecia, junto con coautores del Reino Unido y los Países Bajos, fue publicada en la revista Nature Sustainability el 10 de abril de 2023.
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Con información de: www.reading.ac.uk y www.nature.com
Foto: Archivo El Ciudadano
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