Por Pedro Zamora Briseño
MORELIA, Mich. (proceso).- A tres semanas de los comicios del 6 de junio las campañas transcurren en medio de un clima “enrarecido” por ataques y amenazas, al parecer provenientes del crimen organizado, contra aspirantes a puestos de elección popular en diversos puntos de la entidad, sobre todo en la región de Tierra Caliente.
Mientras tanto, la coalición Morena-PT vio afectada su ventaja en la contienda por la gubernatura, luego de que los órganos electorales la obligaron a sustituir a su candidato, tras el retiro del registro a Raúl Morón Orozco por parte del INE –al no haber reportado gastos de precampaña–, en cuyo lugar entró Alfredo Ramírez Bedolla.
Después de tener en marzo pasado una diferencia de más de diez puntos porcentuales a su favor en algunas de las principales encuestas de intención del voto, la coalición encabezada por Morena se encuentra, a unas semanas de los comicios, en situación de empate técnico frente a la alianza PRD-PRI-PAN, que encabeza Carlos Herrera Tello, exsecretario general de Gobierno, considerado el candidato favorito del gobernador Silvano Aureoles Conejo.
Según el analista político Humberto Urquiza Martínez, exconsejero del Instituto Electoral de Michoacán, la indefinición de candidaturas prevaleciente hasta hace poco tiempo impedía tener un escenario claro sobre el probable desenlace electoral, pero consideró que se podrá tener mayor claridad conforme se acerque el día de la votación.
En entrevista con Proceso el 30 de abril, el académico estimó, sin embargo, que la elección se polarizará y posiblemente llegue a los tribunales. “Todavía no podría decir que hay un candidato que se perfila como el gran ganador; hay una incertidumbre total”.
Además de la gubernatura, para la que se registraron siete candidaturas, entre ellas la de una mujer, en la jornada electoral se disputarán 112 ayuntamientos, 40 diputaciones locales y 12 diputaciones federales.
La elección del miedo
El suceso violento más reciente en el contexto electoral ocurrió la noche del sábado 8 en Morelia, cuando sujetos armados realizaron al menos 14 disparos contra la camioneta del candidato de la coalición PAN-PRI-PRD a la alcaldía de Morelia, Guillermo Valencia Reyes –quien minutos antes se había cambiado a otro vehículo para dirigirse a su domicilio–, con el resultado de dos miembros de su equipo de campaña heridos.
Ante esto, el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, exigió al día siguiente que “de una vez por todas la autoridad federal tome en serio su responsabilidad ante la grave crisis de seguridad que vive el país”, pues “no podemos permitir que mediante la violencia quieran imponer autoridades, intimidando a nuestros candidatos”.
Humberto Urquiza advierte que los atentados y las amenazas que se han registrado contra aspirantes en los últimos meses en el estado ponen en riesgo la legitimidad del proceso electoral, al que se incorporaron variables, como la inseguridad y los grupos delictivos.
En las últimas tres elecciones, dice, se ha dado una incidencia muy fuerte de la violencia del crimen organizado contra los candidatos, lo que convirtió a este fenómeno en uno de los principales retos para las autoridades.
No obstante, añade, ese “es uno de los temas en los que poco se ha trabajado por parte de los gobiernos, los órganos electorales y los legisladores para tratar de generar mejores condiciones de seguridad y menor impacto de inseguridad frente a los procesos electorales”.
Una elección delincuencial
El sacerdote Gregorio López Gerónimo, conocido como El Padre Goyo, considera que Michoacán está viviendo “una elección delincuencial disfrazada con democracia” y se muestra sorprendido de que “en ningún momento había visto a la delincuencia tan activa”.
López Gerónimo, quien apoyó el movimiento de las autodefensas, dice a este semanario que casi toda la región de Tierra Caliente está controlada por el crimen organizado, que en estos tiempos electorales protagoniza una “lucha campal” por el poder a través de la incidencia en la decisión de candidaturas.
Entre los municipios donde advierte una mayor problemática al respecto menciona Aguililla, Lombardía, Nueva Italia, Tumbiscatío, Parácuaro, Apatzingán, Buenavista, Coalcomán, Tepalcatepec, Aquila, Coahuayana, Chinicuila, La Huacana, Churumuco y Huetamo.
“Al candidato que no se alinea lo amagan o se lo escabechan; afortunadamente ahorita no ha caído ninguno, pero sabemos que están siendo acosados por la delincuencia”, dice el sacerdote, que en julio de 2020 fue suspendido de sus labores eclesiásticas por el obispo de Apatzingán.
El Padre Goyo señala que en Tierra Caliente operan diez cárteles que controlan la región, entre ellos el de Jalisco Nueva Generación (CJNG), Blancos de Troya, Caballeros Templarios, Viagras, Cárteles Unidos, La Familia Michoacana, Cártel de Tepalcatepec y otros.
“Se agravó la situación porque han visto que en Michoacán sí se puede maicear al gobierno; no sé en otros estados, pero aquí la delincuencia ha rebasado con mucho la maquinaria gubernamental.”
De acuerdo con un informe de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana federal, Michoacán es uno de los estados con mayor riesgo de cooptación de aspirantes a un puesto de elección popular por parte de la delincuencia organizada. Hasta el 30 de abril, según la dependencia, había un registro de ocho denuncias por amenazas o agresiones contra candidatas y candidatos michoacanos.
En los hechos, sin embargo, las cifras son mayores, pues no todos los casos son denunciados. Cristóbal Arias Solís, candidato a gobernador por Fuerza por México, indicó que a causa de amenazas ese partido declinó registrar candidaturas en 15 municipios de la región de Tierra Caliente, pero por temor a represalias las víctimas no denunciaron de manera formal.
“Incapacidad que huele a colusión”
El sacerdote Gilberto Vergara García, párroco de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Aguililla, considera que el proceso electoral se desarrolla en condiciones de alta vulnerabilidad para la población.
Cuestiona: “¿Qué garantiza que el proceso electoral no sea secuestrado por uno u otro grupo e impongan a un candidato? Veo un ambiente muy enrarecido. Podemos decir que no nomás en Aguililla, sino en muchas partes de Michoacán, los candidatos tienen que ser por lo menos gente no molesta para el crimen organizado. Si no es gente cuadrada con ellos, por lo menos que no les sea estorbosa, porque si no, con la mano en la cintura los quitan”.
Vergara García atribuye la inacción del gobierno estatal en esta zona a “una incapacidad que huele a colusión o una colusión que se disfraza de incapacidad; son como las dos cosas juntas, enrocadas. No se puede entender de otra manera cuando hace como que no ve; pareciera una indolencia, pero cuando llega a este grado acusa complicidad”.
Vergara cuenta que el pasado martes 4, cuando apareció en el centro de Aguililla la narcomanta atribuida al jefe del CJNG, «El Mencho», estaba programada en la biblioteca municipal una reunión de representantes de los tres niveles de gobierno, las fuerzas federales y personas representativas de la comunidad para buscar soluciones a la inseguridad y la violencia.
Mediante la manta, el jefe del CJNG ofrece a los habitantes de Aguililla combatir a los demás grupos, a quienes se refiere como lacras, para restablecer la libertad de tránsito en la región. Y advierte: “No vine porque puedo, vengo porque voy a quedarme”.
El sacerdote considera que no fue coincidencia la aparición de ese mensaje el mismo día que se iba a llevar a cabo la reunión. “No es un acto casual, desde luego que no; es como esas declaratorias del poderío, esas manifestaciones de poder que tienen, es como estarse mostrando el pecho uno a otro y decir: ‘Mira, acá también tengo con qué’. Es el reclamo de un territorio como suyo”.