En un giro inesperado en la relación entre dos de las figuras más influyentes del mundo, el director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg se reunió con el presidente electo Donald Trump en Mar-a-Lago, Florida. La reunión, confirmada por diversas fuentes, marca un esfuerzo por parte de Zuckerberg para suavizar las tensiones con el futuro mandatario de EE.UU., en un contexto en el que Meta ha sido criticada por los conservadores por presunta censura en sus redes sociales.
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El encuentro, que tuvo lugar en el exclusivo club de Trump en Palm Beach, fue organizado a instancias del propio Zuckerberg, quien durante la última década ha mantenido una relación tirante con el expresidente. Trump, por su parte, ha acusado en repetidas ocasiones a Meta de haber restringido injustamente sus opiniones y las de otros conservadores en plataformas como Facebook e Instagram. Incluso ha pedido encarcelar a Zuckerberg por supuestamente conspirar contra él durante las elecciones de 2020.
A pesar de este pasado conflictivo, la reunión entre ambos fue descrita como cortés, con Zuckerberg elogiando la reciente victoria de Trump. Después de la charla, se esperaba que cenaran juntos en el hotel de Trump.
Un representante de Meta calificó el encuentro como “un momento importante para el futuro de la innovación estadounidense”, destacando la oportunidad de dialogar con el equipo del presidente electo sobre el nuevo gobierno. Aunque Meta ha sido blanco de críticas conservadoras, la empresa ahora busca evitar potenciales represalias de la administración de Trump.
El esfuerzo de Zuckerberg se produce tras meses de intentos de acercamiento. El magnate tecnológico ha sostenido al menos dos llamadas privadas con Trump en los últimos meses y lo ha elogiado públicamente, lo que sugiere un interés en mejorar la relación de cara a las elecciones de 2024.
Este acercamiento contrasta con la postura de otros líderes tecnológicos, como Elon Musk, quien ha apoyado abiertamente el movimiento conservador y se ha mostrado cercano a Trump. Sin embargo, las tensiones entre Musk y Zuckerberg, que llegaron incluso a un reto público de pelea física en 2023, subrayan la competencia y las divisiones dentro del sector tecnológico.
Por su parte, Stephen Miller, jefe de gabinete adjunto de la futura administración Trump, dio una interpretación más política al encuentro. Señaló que Zuckerberg expresó su interés en ser partícipe del “movimiento de reforma” que lidera Trump, sugiriendo una posible alineación entre el gigante tecnológico y el nuevo gobierno.
La reunión entre Zuckerberg y Trump podría ser un paso clave en la redefinición de las relaciones entre Meta y la administración estadounidense, en un momento crucial tanto para la política como para la industria tecnológica.
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