La reciente negativa de Estados Unidos a suministrar agua a través de la conexión de emergencia entre San Diego y Baja California resalta la creciente vulnerabilidad de Tijuana frente a la escasez de agua. Este incidente subraya la necesidad urgente de repensar las estrategias de almacenamiento y distribución de este vital recurso en la región.
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José Carmelo Zavala, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México, advirtió que esta decisión debe ser tomada con seriedad y como un llamado de atención para reforzar las fuentes locales de agua, ya que el acueducto Río Colorado, que abastece a Tijuana, está sujeto a factores externos como el clima y decisiones internacionales. El experto enfatizó que la situación pone en peligro la seguridad hídrica de la zona metropolitana que incluyen los municipios de Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito.
A día de hoy, la Presa El Carrizo, uno de los principales reservorios de agua, tiene una capacidad limitada, lo que solo le permite abastecer de agua a la región por un periodo de seis semanas. Frente a este panorama, Zavala sugirió que la Presa Abelardo L. Rodríguez podría convertirse en una solución estratégica, proponiendo que su capacidad de almacenamiento se aumente para cubrir al menos un año de abastecimiento.
El acueducto del Río Colorado, que transporta agua desde Mexicali, enfrenta altos costos energéticos y es vulnerable a fallas en su infraestructura. Además, las decisiones de Estados Unidos sobre el suministro de agua y los factores climáticos, como la variabilidad en las precipitaciones, son elementos fuera del control de Baja California, lo que hace aún más urgente replantear las políticas locales de gestión hídrica.
Además de fortalecer las fuentes de almacenamiento, el especialista subrayó la importancia de impulsar campañas de ahorro y uso eficiente del agua para garantizar que el recurso sea aprovechado de manera responsable, lo que podría aliviar la presión sobre las reservas locales.
Este llamado a la acción refleja la necesidad de una estrategia integral que considere tanto el fortalecimiento de la infraestructura local como la implementación de políticas públicas orientadas a la sostenibilidad del agua en la región. La seguridad hídrica, lejos de ser un tema menor, se está convirtiendo en una prioridad para el futuro de Baja California.
Foto: El Ciudadano
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