Las autoridades mexicanas han declarado una alerta máxima ante la posible llegada de miembros de la secta judía ultraortodoxa Lev Tahor, provenientes de Guatemala, a través de la frontera sur de México. La preocupación radica en que los integrantes de esta comunidad intenten cruzar de manera ilegal hacia Chiapas tras ser perseguidos por la justicia guatemalteca. Se teme que los líderes de la secta busquen refugio en territorio mexicano para escapar de los cargos que enfrentan en Guatemala.
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En un reciente operativo, las autoridades guatemaltecas rescataron a 160 menores de edad y a 40 mujeres que se encontraban retenidos en una finca perteneciente a Lev Tahor, donde además se hallaron restos humanos. La secta está bajo investigación por presuntos delitos de trata de personas, matrimonios forzados y maltrato infantil.
Un informe de las autoridades mexicanas advirtió que tras el rescate de los menores en el departamento de Santa Rosa, Guatemala, es probable que la comunidad de Lev Tahor intente establecerse nuevamente en Chiapas, donde ya habían estado asentados en 1994. Las autoridades de ambos países han iniciado operativos conjuntos para reforzar la vigilancia en la frontera y evitar que los responsables se fuguen.
La situación ha ganado atención internacional, especialmente tras la activación de una alerta roja de la Interpol para capturar a Jonathan Emmanuel Cardona Castillo, presunto líder de la secta. Cardona Castillo, de 23 años y de nacionalidad salvadoreña y guatemalteca, enfrenta cargos por trata de personas, violación y maltrato a menores.
Lev Tahor, fundada a finales de los años 80, ha sido objeto de múltiples denuncias por prácticas abusivas, como matrimonios forzados y explotación infantil. La secta ha tenido presencia en varios países, incluidos EE. UU., Canadá, Rumanía y Bosnia y Herzegovina. Israel y Estados Unidos consideran a este grupo como una organización extremista y peligrosa, debido a sus estrictas normas religiosas y su aislamiento del mundo exterior.
Las autoridades mexicanas y guatemaltecas continúan en alerta y coordinan acciones para evitar que la secta utilice a Chiapas como un escondite mientras las investigaciones y los procesos legales en su contra avanzan.
Foto: Redes
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