En su conferencia matutina del miércoles, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, resaltó los esfuerzos de colaboración con Estados Unidos para disminuir el flujo de armas hacia territorio mexicano. El decomiso reciente de un cargamento de armas en la frontera por parte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) fue presentado como prueba del éxito de estos acuerdos.
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El pasado 17 de marzo, en el puerto de entrada de Del Río, Texas, las autoridades estadounidenses inspeccionaron una camioneta Ford F-350, donde encontraron 16 armas, incluidos tres rifles AR de 5.56 mm, 26 cargadores y 128 cartuchos. Este operativo es parte de un esfuerzo conjunto entre ambos países para frenar el tráfico de armas que alimenta la violencia del crimen organizado en México.
Sheinbaum subrayó que la cooperación entre las autoridades de ambos países «está funcionando», señalando que estos decomisos son resultado de acuerdos bilaterales que buscan tanto detener el flujo de fentanilo y drogas sintéticas hacia Estados Unidos como evitar el ingreso de armamento ilegal a México.
La presidenta destacó la importancia de estas acciones en la lucha contra el crimen organizado, recordando que la mayoría de las armas recuperadas en México provienen de estados fronterizos como Texas, Arizona y California, donde las organizaciones criminales como el Cártel de Sinaloa tienen una fuerte presencia.
Además, mencionó las demandas legales que México ha interpuesto contra fabricantes de armas estadounidenses, como parte de una ofensiva legal para frenar el fortalecimiento de grupos criminales que se benefician de este tráfico.
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