Por Alejandro Gutiérrez
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, hizo escala en Madrid el 30 de abril —aprovechando su viaje a Rusia, centrado en el suministro de vacunas contra el covid-19—, para tratar de paliar el “enorme disgusto” del gobierno de Pedro Sánchez, al conocer que España está excluida de la ronda de invitaciones que el gobierno mexicano hizo a distintas naciones para que participen en las conmemoraciones emblemáticas que tienen lugar este 2021, entre ellas los actos por los 500 años de la caída de Tenochtitlan y los 200 de la consumación de la Independencia.
A principios de febrero, la ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación, Arancha González Laya, hizo saber el profundo malestar que provocó tal exclusión, por conducto de la embajadora de México en España, María Carmen Oñate, quien lo comunicó a la Cancillería, confirmaron a Proceso por separado un exdiplomático español y un miembro del gobierno de la 4T, conocedores ambos del episodio y de otros que cruzan este anno horribilis para la relación bilateral.
A lo largo de 2021 hay 15 actos de las conmemoraciones emblemáticas. Sin embargo, el momento cumbre será la celebración de los 200 años de la consumación de la Independencia, el 27 de septiembre, y previamente el desfile cívico-militar del 16 de septiembre, para el que se prepara la participación de contingentes militares de varios países, pero no de España.
Los diferendos del presidente Andrés Manuel López Obrador con España pasan por la carta que envió en marzo de 2019 al rey Felipe VI, en la que pide que admita la “responsabilidad histórica” de España por los “agravios causados” durante la conquista y ofrezca “las disculpas o resarcimientos políticos” que eso suponga, como lo apunta la carta del mandatario, finalmente hecha pública en enero pasado.
Pero también la tensión que suponen las permanentes críticas del mandatario a las empresas españolas, y muy particularmente el caso de la energética Iberdrola, que ha sido centro de las puyas presidenciales en el marco de la reforma a la ley energética de su mandato, y por la presunta corrupción en la que dicha empresa se vio envuelta en los gobiernos de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto.
En esta visita, Ebrard buscó corresponder a la visita que González Laya hizo a México en noviembre pasado, en la que la ministra trataba de superar la crisis en la relación bilateral.
Aunque Ebrard también se reunió con el ministro de Transporte y Movilidad, José Luis Ábalos, y el de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, el tema central de la visita era corresponder al gesto de la visita de González Laya a México y tratar de bajar tensión a los desencuentros.
El comunicado que emitió la SRE tras el encuentro destacó que la ministra española reiteró “la voluntad de España de ser parte del ejercicio de conmemoraciones del Bicentenario de la Consumación de la Independencia de México”.
La postura de González Laya está en sintonía con el mensaje del rey Felipe VI, durante el saludo al cuerpo diplomático acreditado en España, el 28 de enero pasado, en el que el monarca llamó a México a “realzar un pasado común”, y reiteró su “firme determinación de seguir contribuyendo al desarrollo y bienestar, presente y futuro, de sus pueblos y ciudadanos”.
“España —dijo en alusión a las conmemoraciones en toda América— desea acompañar activamente esas celebraciones que deben permitirnos no sólo realzar un pasado común, sino también y, sobre todo, reiterar nuestra firme determinación de seguir contribuyendo al desarrollo y bienestar, presente y futuro, de sus pueblos y ciudadanos”.
Arancha González Laya, ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación de España
Sin embargo, el gesto político del canciller mexicano con su visita no salvó la decisión del gobierno de López Obrador de no incluir a España en los festejos, y que mantiene su exigencia de que el Estado español pida un perdón oficial por los agravios cometidos durante la conquista, como señala en su carta de marzo de 2019.
El 30 de septiembre pasado la embajadora María Carmen Oñate Muñoz presentó al rey Felipe VI sus cartas credenciales en el Palacio Real de Madrid, un acto marcado por las medidas de seguridad impuestas por la pandemia.
La embajadora, designada por López Obrador y ratificada por el Senado mexicano, definió desde el principio que una de sus prioridades era abordar el llamado del mandatario mexicano en su carta y la “historia crítica” de los episodios de hace 500 años.
La carta ha sido gestionada en España por el ejecutivo de Pedro Sánchez, y no por la Casa Real, como se ha dicho en México. Desde el gobierno español se ha hecho saber a México que el tema de fondo son las empresas españolas y la tambaleante seguridad jurídica para su operación, a las que el gobierno de López Obrador considera fueron beneficiadas de forma abusiva por los gobiernos de Calderón y de Peña Nieto.
Ese mismo día, en México, el mandatario consideró que no desistirán en obtener una disculpa de España:
“No descartamos de que (sic) haya de parte del gobierno español, de la monarquía, un cambio de actitud y que con humildad se ofrezca una disculpa, un perdón pensando en dejar atrás esa confrontación y hermanarnos y ver hacia delante, pensar en la reconciliación”.
Andrés Manuel López Obrador
Presente en la conferencia, Ebrard anunció que en estas conmemoraciones se invitará a diversas naciones del mundo para que sus ejércitos participen en los desfiles militares.
“Contaremos con la presencia de delegaciones internacionales e invitados especiales entre el 15 y el 27 de septiembre de 2021. Contingentes de todo el mundo participarán en el desfile del 15 de septiembre, así como el del 27 de septiembre. Será el evento más relevante en el ámbito de México en el mundo en lo que va de este siglo”.
Andrés Manuel López Obrador
En ese marco, la ministra González Laya hizo su visita a México en noviembre pasado, intentando sin mucho éxito bajarle el perfil al tema de la carta, pero siendo enfática que no se producirá la disculpa exigida por López Obrador, y haciendo hincapié en que el objetivo español era “relanzar la relación (bilateral) mirando al futuro”, como lo hizo patente en entrevistas con el diario español El País y con el mexicano Excélsior. Jugando con las palabras, señaló que quieren construir relaciones bilaterales “sobre el pasado, pero mirando al futuro”.
El Ciudadano / Agencia APRO