Por Alexis Lira Reyes
Con incertidumbre y lejos de sus seres queridos, William y su esposa, ambos migrantes de Haití, vivirán la Navidad con dificultades y preocupación, al no saber en dónde van a pasar esta noche en la capital poblana.
Cansados y con la esperanza de obtener pronto su visa humanitaria, llegaron junto con otras 20 personas este viernes de Tapachula, Chiapas, a las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM), ubicado en la Avenida Reforma en el Centro Histórico.
William, de 46 años, recordó que desde hace 15 años no festeja con su familia y amigos la Nochebuena, pues ha vivido en República Dominicana antes de llegar a tierras mexicanas, hace cuatro meses, para buscar una mejor calidad de vida.
A pesar de que su religión no celebra está fecha, agregó, él y sus familiares sí lo hacen, pues la noche del 24 de diciembre acostumbraban comer y bailar.
«La tradición allá (en Haití) es comer arroz, frijoles, carne, sopa, todo lo que se aparece, no bebemos alcohol, sólo tomábamos jugo y bailábamos un poquito», recordó.
Buscan radicar en Monterrey
Para William, esta ocasión no será igual a otras, ya que es más importante buscar en dónde van a dormir y comer, antes de pensar en festejar.
«La más bonita (Navidad) que recuerdo fue en 1995, cuando la pasé con muchos amigos, muchos amigos, pero aquí en la calle no podré pasarla bien porque sin dinero no hay Navidad», expresó.
Por ahora, esperarán hasta el próximo lunes debido a que el personal del INM en Puebla les dé una respuesta favorable porque no labora en las fechas decembrinas, mientras se organizará con su grupo y poder subsistir.
Así, confían obtener su visa humanitaria para conseguir un trabajo en el país como albañil, y continuar su camino hacía Monterrey dónde buscan radicar.
Desde las últimas semanas, Puebla ha estado recibiendo cientos de migrantes por la caravana que cruza el país, muchos buscando asentarse en el territorio mexicano y otros, llegar a la frontera con el país vecino.
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