A lo largo de la historia, el clima de la Tierra ha sufrido una gran variedad de fluctuaciones. Aunque insignificantes en comparación con la crisis que se padece actualmente, estas variaciones habrían sido suficientes para levantar y destruir imperios. Según estudios recientes, habrían contribuido primero al surgimiento del Imperio Romano y luego a su posterior caída. Científicos con sede en Basilea y Ginebra, en Suiza, buscan reconstruir el clima del antiguo Egipto gobernado por Roma en un intento por comprender mejor los efectos que tuvo en la historia de una región o de todo el imperio.
Para ello, el equipo cuenta con la ayuda de una especie de «piedras de Rosetta» (como aquella que ayudó a descifrar los jeroglíficos egipcios) en forma de etiquetas de madera adheridas a momias de la época romana: Antes de enviar a su ser querido al embalsamador, las familias colgaban una etiqueta en el cadáver con su nombre, los nombres de sus padres y a veces un breve mensaje religioso. Las etiquetas eran una forma de identificar a los difuntos, que ya no serían reconocibles una vez envueltos en sus vendas, y de evitar que los embalsamadores confundieran los cuerpos.
¿Qué importancia tienen las etiquetas de las momias?
Se trata de reliquias que se encuentran en grandes cantidades en Egipto, a menudo en un excelente estado de conservación (como la mayoría de las maderas conservadas en ambientes áridos). Debido al robo arqueológico por parte de países colonizadores, son frecuentes en las colecciones de muchos museos occidentales. Estas etiquetas, que reflejan prácticas funerarias con influencias egipcias y romanas, son una fuente de información histórica y arqueológica invaluable. Este corpus de etiquetas antiguas ofrecen varias posibilidades de investigación, por lo que sus inscripciones han sido objeto de un proyecto internacional llamado «Muerte en el Nilo» (sin relación alguna con la famosa novela de Agatha Christie), en el que todos los objetos accesibles de este tipo de objetos funerarios se registraron en una base de datos. El potencial de estos se extiende más allá de las inscripciones, a los métodos de fabricación y corte, la elección de las especies de árbol utilizadas y su potencial para definir mejor su cronología y posiblemente su procedencia.
El estudio de las etiquetas de las momias permite proponer una nueva forma de clasificación, algunas de cuyas formas parecen ser indicadoras de determinadas necrópolis. Estos vestigios, ya fueran realizados por la familia del difunto o por talleres específicos, están hechos de especies endémicas e importadas de árboles, que son un símbolo del comercio a larga distancia, especialmente para las coníferas, que están bien representadas en las muestras. Su potencial «dendrocronológico» también ha sido demostrado en numerosos estudios, algunos de los cuales han permitido identificar etiquetas de un mismo árbol, apoyadas por inscripciones que atestiguan la misma relación familiar.
¿Cómo pueden ayudar las etiquetas a conocer el clima?
La palabra dendrocronología proviene del griego antiguo, formada por dendro que significa «árbol», cronos significa «tiempo» y logia «estudio», es decir, el «estudio del tiempo de los árboles». Este método de datación se basa en el crecimiento de los árboles para poder contar el tiempo transcurrido, en el entendido que al vivir en zonas de clima estacional crecen generando una capa en su corteza que forma un anillo cada año, de manera que la capa más externa del tronco se está generando en el año actual y el centro se formó en su primer año de crecimiento. Los buenos años se indican con anillos anchos, ya que el árbol creció más rápido; los anillos más estrechos pueden ser evidencia de años de sequía.
Así, las etiquetas hechas de madera brindan más información que solo la identidad de los difuntos, pues también contienen información gracias a los anillos de crecimiento. Evidentemente, unos pocos trozos de madera no bastan por sí solos para reconstruir el clima de toda una época, pues sería necesario observar el mismo patrón en varias docenas de muestras por lo menos. Cuanto mayor sea el número de superposiciones, más fiables serán las conclusiones. Además, para recrear la fluctuación climática, es fundamental comparar los anillos de crecimiento de varias especies de árboles con diferentes respuestas a condiciones climáticas como la sequía o el calor extremo.
Es por eso que las etiquetas de momias son ideales para estos propósitos. No solo hay miles de ellos en museos, sino que están hechos de muchas especies de árboles diferentes, como pino, ciprés, cedro y enebro.
¿Cómo realizaron el estudio?
Los investigadores analizaron las secuencias de anillos de más de 300 etiquetas. Luego identificaron casos en los que dichas secuencias coincidían entre sí. Estas superposiciones proporcionaron un esbozo inicial de cómo solía ser el clima en el Mediterráneo oriental, en el actual Líbano, las islas griegas o la desembocadura del Nilo, las áreas donde se talaban los árboles. Se identificaron algunos años buenos y sucesiones de sequías, pero las fechas reales y los eventos que registran aún no están claras.
Por lo tanto, el siguiente paso será ubicar estos eventos en la historia. Con suerte, los científicos encontrarán un espécimen que pueda ser datado. Luego, al buscar superposiciones con otras etiquetas de la misma especie de árbol y región, deberían poder identificar la fecha exacta. Si no, tendrán que recurrir a la datación por radiocarbono.
Al combinar varias muestras de madera tomadas a lo largo de los anillos del mismo espécimen, es posible reducir estadísticamente la incertidumbre de la datación, prácticamente a cero en el mejor de los casos. Los científicos todavía tienen que encontrar los especímenes correctos y, sobre todo, obtener el permiso de museos para realizar análisis de radiocarbono invasivos.
El estudio llevado a cabo por un equipo encabezado por el doctor François Blondel, arqueólogo de la Universidad de Ginebra, Suiza, fue publicado con el título «Etiquetas de momias: un testigo del uso y procesamiento de la madera en el Egipto romano», en la revista de revisión por pares International Journal of Wood Culture el 3 de abril de 2023.
Con información de: www.snf.ch
Por: Gerardo Sifuentes
Foto: Internet
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