Este perro se llamaba Mukhtar, pero era más conocido como Hachiko de Crimea y se dedicaba a deambular por las costas del Mar Negro con la esperanza de reencontrarse con su dueño, un socorrista que falleció hace 12 años.
La historia de este perro hizo que se ganara el cariño de los habitantes y turistas de la ciudad de Yalta en Crimea, donde era cuidado y acompañado mientras se quedaba viendo el mar por largas horas.
Aunque el perro no estaba del todo solo ya que un trompetista callejero de nombre Víktor Malinowski, comenzó a cuidarlo y a incluirlo en sus presentaciones, mismas en las que aullaba y “cantaba” con sentimiento.