La muerte de una persona es inevitable, ya que es parte del ciclo de la vida pero ¿Estamos preparados para afrontar esta situación?
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La perdida de un ser querido o incluso la nuestra puede resultar muy costosa si no se prevé con anticipación dichos acontecimientos, puesto que los precios podrían variar al depender del servicio funerario que se solicite, e incluso la causa de la muerte.
Cada año el valor de los servicios funerarios aumenta un cinco por ciento en relación directa con los ajustes inflacionarios, por lo que expertos recomiendan contratar este tipo de esquemas de manera anticipada.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), informó que sólo el cuatro por ciento de la población mexicana cuenta con un plan funerario.
Asimismo, la dependencia estima que los costos de un servicio básico de inhumación va de los 3 mil 500, a los 44 mil pesos.
Por otro lado, un servicio de cremación oscila entre los 6 mil 300, a los 40 mil pesos. Aunque instituciones como el Mexicano del Seguro Social (IMSS), o el de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSTE) pueden ofrecer precios más accesibles.
Por lo anterior, se recomienda generar un plan a futuro sobre la muerte para evitar un golpe en la economía familiar, investiga las agencias funerarias de tu entidad o si existe alguna dependencia de asistencia social que pueda apoyarte con ello.
Foto: Archivo El Ciudadano México
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