Es 24 de diciembre, y mientras cientos de poblanos preparan los últimos detalles para la cena de nochebuena, y Beatriz a sus 29 años, pasará navidad en el Hospital de San José cuidando de su padre, Guillermo de 64 años.
Su padre ingresó al área de cardiología, el pasado 16 de diciembre a causa de un preinfarto, el tercero del año.
Hace quince años llegaron desde Chiapas. Sin embargo, el año pasado la madre de Beatriz se volvió parte de las estadísticas por covid-19, murió. Además, tiene un hermano con una discapacidad psicomotriz y a pesar de que éste tenga 40 años, Beatriz es la única persona que atiende a su padre.
«Es complicado, tengo casi diez días sin ir a trabajar, sólo voy a casa en la noche para ver cómo está mi hermano y mi hijo», mencionó.
Lo que más lamenta Beatriz es tener que mentirle a su hermano y a su hijo, pues ellos confían que pronto darán de alta a Guillermo.
No obstante, la negligencia médica por parte del personal médico del IMSS han causado que las esperanzas de vida de Guillermo se reduzcan considerablemente.
Desde febrero que comenzó con sus problemas cardiacos, Guillermo no recibió la atención debida, provocando una muerte casi total en el corazón.
«Me rehusó a pensar que así va a terminar, ya le han realizado varios estudios, pero sigo sin creerlo, en el fondo espero que mi papá mejore pronto», concluyó.