Como parte de la inclusión de grupos vulnerables en el ejercicio de sufragio, el Instituto Nacional Electoral (INE) estableció las llamadas «cuotas» de paridad electoral. Se busca incluir candidaturas de miembros de la comunidad LGBTTTIQ+, afroamericanas, indígenas y con discapacidad entre las diputaciones federales. Esto, por desgracia, ha suscitado varias candidaturas que fingen formar parte de alguno de estos sectores.
«Elecciones incluyentes 2021«
La inclusión de mujeres en la esfera sufragista ha sido un paso gigantesco en la política mexicana. Hoy, en pleno 2021, este ámbito se amplia para considerar a otros grupos vulnerables de la población; vulnerables en cuanto han sido ignorados e invisibilizados integralmente en los aspectos sociales, económicos, culturales y, por supuesto, políticos.
El 15 de enero de 2021, el INE emitió un comunicado en el que informaba sobre las acciones tomadas ante la situación de inclusión para grupos vulnerables en los procesos electorales.
En las que incluían cuotas para partidos y coaliciones para incluir candidaturas indígenas, afromexicanas, con discapacidad y de diversidad sexual, en diputaciones federales a aplicarse en esta próxima Jornada Electoral del 6 de junio 2021.
«Las elecciones 2021 además de ser las más grandes, por el número de cargos a elegir, serán las más incluyentes».
Consejera Dania Ravel vía Twitter. 16 enero 2021.
De acuerdo al boletín del 15 de enero, el INE estableció que se deberán agregar las siguientes «cuotas»:
- La participación de personas indígenas en 21 distritos.
- De los cuales 11 deberán ser mujeres.
- 4 fórmulas de candidaturas integradas por personas afromexicanas:
- 3 en cualquiera de 300 distritos electorales.
- Más otra que cumpla el principio de Representación Proporcional en cualquiera de las cinco circunscripciones.
- 8 fórmulas de candidaturas integradas por personas con discapacidad:
- 6 de los 300 distritos deberán postular a personas con discapacidad.
- 2 que cumplan el principio de Representación Proporcional en las listas de candidaturas a diputaciones.
- 3 fórmulas en materia de diversidad sexual:
- 2 candidaturas en cualquiera de los 300 distritos electorales federales,
- Más otra para el caso del principio de Representación Proporcional.
Falsas candidaturas trans
A principios de mayo de este año, se presentó un caso donde 18 hombres se autodescribieron como «mujeres trans» y se postularon como candidatas en el estado de Tlaxcala. Motivos sobran para creer que este caso es una simulación para cumplir con la ley de paridad sexual.
Este caso demuestra los huecos que aún persisten en una sentencia tan novedosa; donde otra cuestión sale a la luz. Ya que cae en un plano confuso, pues al cuestionarle a alguien sobre su identidad de género u orientación sexual, así sea para comprobar su legitimidad legislativa, puede ser un acto discriminatorio severo.
¿Cómo puede una persona demostrar su diversidad sexual ante el Instituto Electoral correspondiente? y sobre todo ¿Cómo detener estos fraudes?
La coordinadora de la Red Mexicana de Mujeres Trans AC, Paola Jiménez Aguirre, cree que la respuesta puede estar (parcialmente) en comprobar que la acta de nacimiento haya sido modificada en el Registro Civil, y que este documento ayude apara avalar el cambio de identidad sexual.
Falta voluntad política para generar espacios para los grupos vulnerables
Brahim Zamora, integrante del Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr) de Puebla; en una entrevista con El Ciudadano, nos comentó respecto al fenómeno de las falsas candidaturas trans y el problema de la formación política a mujeres.
El entendimiento patriarcal de los partidos políticos es un fenómeno reiterado; en el que los partidos entienden las cuotas para grupos vulnerables desde su perspectiva de poder.
Por desgracia, los partidos se aprovechan de la cualidad progresista del INE; instituto que acepta la cualidad trans y el género como una condición humana y no sólo como un factor determinado por el sexo.
El fenómeno conocido como las «Juanitas» es una figura política histórica que se ha suscitado repetidas veces. Esto consiste en registrar a mujeres titulares de candidaturas, para que al momento de asumir sus cargos desistan y los hombres que figuran como sus suplentes asuman el poder.
Para Brahim, este problema es más factible en zonas rurales; donde de por sí la participación política de las mujeres está muy rezagada, donde los partidos no se esfuerzan en generar condiciones para un panorama incluyente y sustantivo de género.
¿Cómo se podría evitar este problema?
De acuerdo a Brahim: no basta con que haya una ley ni que haya un par de capacitaciones en perspectiva de género para decir que los partidos cuentan con esta formación de género. Es un proceso largo, que requerirá de mucho esfuerzo y presupuesto.
Para él, parte de la solución sería comenzar a generar condiciones para estos grupos vulnerables; además de una verdadera formación política a mujeres; y voluntad política. Voluntad para soltar espacios de poder, para crear un espacio diverso para la ciudadanía, para sindicalizar a la política.
Sin duda es un camino largo por recorrer, que requerirá los mismos recursos que mitigar las secuelas y daños de una violencia sistémica del poder.