Organizaciones como la Alianza Latinoamericana Frente al Fracking (ALFF) y la Alianza Mexicana contra el Fracking han solicitado al Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum que México asuma un papel de liderazgo en América Latina para prohibir la fracturación hidráulica, una técnica altamente contaminante para la extracción de hidrocarburos.
Desde el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), los activistas alertaron que en México podrían abrirse hasta 15,000 nuevos pozos no convencionales, lo que agravaría la crisis ambiental y de acceso al agua en varias regiones del país.
El peligro del fracking en México
De acuerdo con la organización Carto Crítica, en el país ya existen 7,879 pozos no convencionales, y la perforación de miles más pondría en riesgo zonas vulnerables como Veracruz, Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, donde el agua es escasa y los ecosistemas son frágiles.
El activista Manuel Llano advirtió que esta expansión del fracking pondría en peligro la salud y el acceso al agua de miles de comunidades, además de generar impactos irreversibles en el medio ambiente.
Por su parte, Beatriz Olivera, portavoz de la Alianza, recordó que la iniciativa de reforma constitucional para prohibir el fracking fue rechazada por el Congreso actual, a pesar de haber sido promovida en el sexenio pasado.
“Esa promesa está todavía difusa, por eso hacemos esta invitación a la presidenta a retomar ese compromiso que se hizo de campaña”, expresó Olivera.
Comunidades en resistencia
Desde Ojital Viejo, en Papantla, Veracruz, el abuelo totonaca Romualdo García denunció los estragos de la industria petrolera en su comunidad.
Explicó que en la región de Totonacapan existen 2,300 pozos petroleros, y que los derrames de Pemex han contaminado el agua, dañado cultivos y provocado enfermedades sin diagnóstico en los jóvenes.
“El agua no está en crisis. El ser humano está en crisis. A la medida que cuidemos el agua, defendámonos el agua, es como vamos a asegurar la vida”, reflexionó García.
Datos de la Alianza indican que, de no detenerse el fracking, Pemex podría consumir el equivalente a 47 millones de pipas de agua, comprometiendo el acceso a este recurso en las regiones de extracción.
Llamado a Claudia Sheinbaum: México debe liderar la lucha
El activista Ramón García, del Centro de Derechos Humanos Bety Cariño, pidió a la presidenta Sheinbaum que asuma un papel activo en la lucha socioambiental y la lleve a foros internacionales.
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“Que abandere nuestras luchas, nuestra lucha socioambiental y hagamos frente juntos, como pueblo y como Gobierno, ante esta embestida de las grandes transnacionales”, enfatizó.
Las organizaciones exigieron al Gobierno coherencia entre su política energética y sus compromisos climáticos internacionales, subrayando que la expansión del fracking contradice cualquier agenda ambientalista.
Fotografía: Redes
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