¿Para quién será la gubernatura en Puebla?

Morena busca que las candidaturas emerjan del movimiento de la 4T y “sean garantías indiscutibles de la continuidad de la cuarta transformación”

¿Para quién será la gubernatura en Puebla?

Autor: Carlos Figueroa

Al hacerme esta pregunta, la posible respuesta no está en el actual presidente municipal de la ciudad de Puebla, Eduardo Rivera, quien ya se destapó en el contexto del Quinto Informe de Labores de su gestión y la virtual candidata presidencial de PRI-PAN-PRD le otorgó su respaldo al declararlo “un perfil muy competitivo”. Tampoco pienso en Nancy de la Sierra, quien quiso ser candidata de Morena a la gubernatura en 2018, ha vuelto al PRI y ha levantado la mano. Mucho menos estaría pensando en la senadora Nadia Navarro, quien también ha declarado sus pretensiones.

Tal como están las intenciones de voto para las elecciones nacionales de 2024, preguntarse en quién gobernará a Puebla a partir de 2024, nos lleva necesariamente a preguntarnos quiénes tienen viabilidad alguna de los/as que han declarado en la 4T sus intenciones de obtener la candidatura de Morena y sus aliados. Hoy sabemos quiénes fueron los que pasaron a la etapa de la encuesta de definición habiendo triunfado en la encuesta de reconocimiento. Como era previsible en lo que se refiere a hombres, en esta medición pasaron a la siguiente etapa Ignacio Mier (69%), Alejandro Armenta (65%), Julio Huerta (28%) y Rodrigo Abdala (14%), Antonio Gali Jr. obtuvo un 31%, pero no obtuvo ningún voto en el Consejo Estatal y ha reservado para la presidencia municipal de la ciudad de Puebla. Quedan fuera Melitón Lozano (17%) y David Méndez (7%). Armenta debe haber quedado insatisfecho porque ya está argumentando a favor de que se incluyan en la próxima medición a diversas casas encuestadoras.  

En lo que se refiere a mujeres, Claudia Rivera fue la más conocida con un 26.6%, seguida por Norma Layón (casi 20%), quien superó a la candidata del gobernador Sergio Céspedes Peregrina, Olivia Salomón, quien obtuvo casi 17%. Quedan para la encuesta de definición Claudia Rivera, Olivia Salomón y Lizeth Jiménez (la carta de Julio Huerta). A pesar de que obtuvo el 13.8%, pasa a la siguiente etapa, pues había quedado en los tres primeros lugares en las votaciones del Consejo Estatal. Rosario Orozco de Barbosa obtuvo el 16.4% en un empate con Marisol Cruz, la expresidenta municipal de Tecamachalco.

Cabe preguntarse por qué la Comisión Nacional de Elecciones no incluyó en la encuesta de definición a Rosario Orozco de Barbosa, quien obtuvo el cuarto lugar en conocimiento y además obtuvo 11 votos en el Consejo Estatal. La respuesta acaso escribe en que ha sido vetada por el gobernador Céspedes, pese a que ella en medio de su duelo fue una operadora fundamental para que fuera el propio Céspedes el sucesor de Luis Miguel Barbosa. La gratitud no abunda en la política.  La paridad de hombres y mujeres para ser medidos en la encuesta de definición no fue respetada en Puebla, Tabasco, Veracruz, Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato y en Yucatán (en este caso hubo más mujeres que hombres).

En el caso de Puebla, los siete muy probablemente sean solamente tres: Ignacio Mier, Alejandro Armenta y Claudia Rivera. Morena ha dividido las nueve entidades en las que habrá elecciones para la gubernatura en tres bloques de competitividad. Hasta donde tengo informaciones, el primer bloque (Tabasco, Chiapas y Veracruz), tendría que designar a una mujer y dos hombres, de igual manera lo tendría que hacer el segundo bloque (Ciudad de México, Morelos y Puebla), mientras que el tercer bloque (Guanajuato, Jalisco y Yucatán) deberían ser dos mujeres y un hombre. En total cinco mujeres y cuatro hombres. De lo que expresó Claudia Sheinbaum en una entrevista dada en Tabasco, al parecer Morena estaría intentado revertir esa proporción y convertirla en cinco hombres y cuatro mujeres.

Si esto no fuera posible, sería decisivo lo que aconteciera en la ciudad de México. De ser Clara Brugada la favorecida, el próximo gobernador sería Alejandro Armenta o Ignacio Mier. Si finalmente se impusiera el designio de Claudia Sheinbaum y el favorecido fuera Omar García Harfuch, la muy probable candidata sería Claudia Rivera. Pese a los grandes negativos con los que cuenta Claudia, el hecho de que Morena sea una marca ganadora por el empuje que todavía le da Andrés Manuel López Obrador, la volvería a impulsar fuertemente como le aconteció en 2018.

La última Asamblea Plenaria de la Convención Nacional Morenista tomó decisiones sobre a qué aspirantes apoyar en el proceso interno en seis de las nueve entidades: Clara Brugada (Ciudad de México), Rocío Nahle (Veracruz), Antares Vázquez Alatorre (Guanajuato), Margarita González Saravia (Morelos), Cecilia Márquez Alkadef (Jalisco), Javier May Rodríguez (Tabasco). Los criterios para expresar sus simpatías parten de su postura crítica con respecto al transfuguismo (chapulinismo), proveniente particularmente del PRI y del PAN. La CNM no emitió opinión para el caso de Chiapas, Yucatán y Puebla. Lo que busca es que las candidaturas a puestos de representación popular emerjan del movimiento de la 4T y “sean garantías indiscutibles de la continuidad de la cuarta transformación”. Se reservó para un ulterior momento agregar nuevos perfiles a su selección.

No cabe duda de que hoy existe un factor que pesará mucho en quiénes serán los candidato/as a la gubernaturas, diputaciones y senadurías. Ese factor es el Plan C. En 2018 el criterio que pesó para las candidaturas fue el de ganar de manera contundente para evitar un fraude. En 2024, el criterio que pesará para las candidaturas será el ganar con mayoría calificada para evitar que a la 4T la empantane el poder judicial. En ese contexto, el espacio para el pragmatismo será amplio.

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