Aunque el nombre de Ángel Meléndez comenzó a hacerse público tras formar parte de los artistas que colaboraron en la reciente adaptación de Guillermo del Toro a la historia de «Pinocchio«, el pintor poblano cuenta con una trayectoria que se extiende por más de una década, en la cual ha tenido la oportunidad de colaborar con otros artistas, como el creador de animación, Luis Téllez.
Te puede interesar: El trovador tiene una herencia y debe ser sensible y coherente: Alejandro Filio
El artista de 32 años se especializa en pintura y escultura, disciplinas que lo han acompañado en un recorrido de 11 años en los que ha enfrentado las dificultades y frustraciones que implica hacer una carrera dentro del mundo del arte, no obstante, la constante evolución de su propio trabajo lo ha mantenido motivado.
En entrevista con El Ciudadano México, Ángel Meléndez reveló que prácticamente desde la infancia tenía la intención de involucrarse en la animación y dedicarse al arte, a pesar de que los adultos que lo rodeaban en ese entonces no compartían su visión.
«(En la escuela) nos hicieron anotar en una hoja qué era lo que queríamos ser de grandes. Me acuerdo que puse que yo quería ser artista y estar en proyectos de cine, verlos en una pantalla. Un compañero que estaba a mi lado puso que quería tener un trabajo estable, una casa y su familia, entonces esa vez a él le pusieron una nota que decía que estaba correcto todo lo que él había puesto, y a mí me puso que no, que eran como fantasías. Entonces me quedé así como que ¿No tienen que apoyarnos en vez de decirnos esto? Yo seguí creyendo en lo que quería hacer»
Su hermano influyó para aprender a dibujar a temprana edad, lo cual consideró que despertó su interés en el cine y la animación, no obstante, fue hasta que cumplió 18 años que comenzó a enfocarse en el arte, tomando talleres de pintura, dibujo y escultura, y posteriormente stop motion, técnica que aprendió en el estudio de animación del que eventualmente se convirtió en colaborador, Embryonic Producciones, fundado por Rafael Quiroz Corona.
«Estaban comenzando a hacer un cortometraje y ayudé un poco. Me invitaron a formar parte de su estudio y ahí me quedé como cinco años haciendo varias cosas de animación, cortometrajes. Tomaba más talleres, seguía aprendiendo, y a la par igual, me metía a estudiar pintura porque quería pintar al óleo, pero también a la par trabajaba»
Desde entonces, ha estado involucrado en otros proyectos galardonados, como el cortometraje «Elena y Las Sombras», y ha colaborado con Juan José Medina, artista ganador de varios premios Ariel por trabajos de animación y efectos especiales.
La realidad para un artista
Antes de acumular colaboraciones y colocar su nombre en trabajos de artistas reconocidos, Ángel Meléndez buscó convertirse en estudiante de la Escuela de Artes Plásticas y Audiovisuales de la BUAP, pero falló.
El artista admitió que esta experiencia fue amarga para él, sin embargo, eso solo lo empujó a pintar y dibujar más. Asimismo, señaló que llegó a encontrarse con profesores que casi acaban con su amor por el arte, mientras que hubo otros de quienes aprendió más de lo que esperaba.
Ángel también reconoció que en el aspecto económico es común que se presenten situaciones difíciles para quienes se dedican al arte, pese a ello, este tipo de presión para él es preferible y le genera mayor satisfacción que tener que trabajar en un sitio solo para generar dinero.
«Si hay una temporada sin proyectos, pues no hay lana, pero también hay que estar buscando, dando clases o talleres, me piden retratos, entonces con eso también me mantengo. También porque ya había trabajado en un lugar solo por generar dinero y es cansado, por ese lado creo que sí está difícil, pero prefiero estar en esta paz mental que trabajar en algo que no me late»
Aun cuando estas complicaciones se presentan constantemente en su vida, refirió que los años dedicados a su carrera han sido una inversión en aprendizaje que lo ha llevado a evolucionar y llegar a proyectos que cada vez son más grandes y de mayor calidad.
“Lo que venga será más grande”
Precisamente la experiencia adquirida en todos estos años es lo que le hizo ver con facilidad el trabajo que le tocó desempeñar en la más reciente película de Guillermo del Toro, en la que creó moldes de perros callejeros que aparecen por unos segundos. A pesar de que esta experiencia ha sido positiva para su carrera, asegura que podría haber hecho mucho más en este filme.
Por esa razón prefiere mantenerse concentrado en aprender más cosas a través de su profesión y enfocarse en la idea de que su trabajo atraerá mejores y más grandes proyectos, sin importar si este tiene que ver con pintura u otra disciplina.
«Ahora asimilo que trabajé en un proyecto grande, pero trato de mantenerme así, como esta sensación de que tengo que aprender más cosas y que es un gran proyecto, pero siento que vienen proyectos igual más grandes. Siento que el proyecto que venga va a ser mejor en pintura, o en cualquier otro trabajo, lo que venga va a ser igual o más grande»
Fotos: Mariano Flores
Recuerda suscribirte a nuestro boletín
📲 https://t.me/ciudadanomx
📰 elciudadano.com