La fe de los católicos poblanos se manifestó con rezos, aplausos, porras y lágrimas, durante la procesión del Viernes Santo que recorrió las calles del Centro Histórico de la capital y que congregó a unas 120 mil personas, según los organizadores.
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La procesión conmemoró el recorrido que hizo Jesucristo poco antes de ser ejecutado por los jerarcas judíos de su época y que se recuerda en toda la cristiandad.
La emoción fue visible en quienes seguían a pie las siete imágenes de distintos tiempos de la entidad, así como en los asistentes que desde antes de las 9:00 de la mañana llegaron para presenciar el viacrucis.
Las calles del primer cuadro de la ciudad se pintaron de morado, con flores, globos y adornos en distintas fachadas por la Cuaresma, una de las festividades más importantes de los católicos.
Desde sus respectivos templos, procesionaron siete de las imágenes más veneradas en Puebla, desde la Catedral poblana por el Centro Histórico hasta la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe y nuevamente a la Catedral.
Desde la Iglesia de La Compañía, fue cargada la imagen de Jesús de la Misericordia, para llegar al atrio. Después la Virgen de los Dolores, desde el Templo del Carmen, recibida con matracas y pancartas en las que se leían los siete dolores que según la creencia sufrió María.
La imagen de Jesús Nazareno de las tres caídas llegó acompañada por un grupo de mujeres que cargaba cruces, en cada una de las cuales se leían algunos de los males que aquejan al mundo: muerte, narcotráfico, entre otros.
La imagen de Nuestra Señora de la Soledad fue llevada desde la iglesia del mismo nombre cargada por mujeres, quienes portaban un velo negro.
Entre las imágenes más veneradas, que por tercer ocasión recorrió las calles de la capital, estuvo la del Santo Niño Doctor de los Enfermos, originaria del municipio de Tepeaca.
La imagen del Señor de las Maravillas llegó desde el templo de Santa Mónica, escoltado por la cofradía de nazarenos, junto con trompetas y tambores que retumbaron a su paso.
Este Viernes Santo se celebra a Cristo Vivo, en su peregrinación hacia la crucifixión, explicó el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, al dirigir unas palabras antes de encabezar el recorrido, junto con el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien acudió al evento.
También estuvieron presentes el secretario de Gobernación, Julio Huerta Gómez, y los presidentes municipales de la capital, Eduardo Rivera Pérez, así como el de Tepeaca, José Huerta.
Los participantes realizaron rezos en voz baja y se persignaron al paso de cada una de las imágenes, algunos, entre lágrimas.
Entre la multitud con flores moradas de papel resaltaron quienes tenían sus propios santos o réplicas más pequeñas, rosarios y fotos de sus familiares, por quienes hicieron oración.
No faltaron quienes regalaron pequeñas imágenes religiosas, repartieron botellas de agua, comida, y dulces a los participantes de la procesión.
Frente a la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, los contingentes se detuvieron para rezar y entonar canciones. Entonces el arzobispo refirió que este viernes y sábado serán días de duelo y será hasta el domingo cuando se conmemore la resurrección de Jesucristo.
El gobernador comentó tras la caminata que abarcó más de 10 calles del Centro Histórico que había saldo blanco hasta las 3:00 de la tarde de este viernes y estimó una asistencia de 120 mil personas.
Por su parte, el alcalde Eduardo Rivera Pérez indicó que no hubo reporte de personas lesionadas o casos de insolación y sólo en las juntas auxiliares hubo denuncias de venta de alcohol, las cuales fueron atendidas por personal municipal.
Foto de portada: Agencia Enfoque
Fotos interiores: El Ciudadano México
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