Los Programas para el Bienestar generan entornos positivos de socialización, mismos que previenen el consumo de drogas entre los jóvenes, afirmó Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención de la Salud.
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“Los programas sociales… tienen como objetivo contribuir, entre múltiples aspectos del bienestar, también a esta capacidad de socialización”, sostuvo.
En la conferencia matutina, indicó que programas como Jóvenes Construyendo el Futuro, las becas desde educación básica hasta superior y La Escuela es Nuestra son centrales para la prevención de las adicciones.
Los apoyos federales, incluidos en la Estrategia Nacional para la Prevención de Adicciones, impactan de manera positiva en diferentes áreas sociales e individuales como:
- Sentido de pertenencia, toma de decisiones, percepción de apoyo
- Manejo del tiempo de ocio, resolución de conflictos, habilidades sociales
- Desarrollo de comunicación, Integración, inclusión y acompañamiento social
- Contención comunitaria, educación laboral y entorno de socialización seguro
En el segmento informativo de prevención de las adicciones, el funcionario detalló que la socialización es un proceso formativo que inicia desde la temprana infancia.
Permite desarrollar habilidades, comportamientos, conductas y sentimientos para interactuar en familia, comunidad y sociedad.
«Es un proceso de integración, de modificación de las personas tanto como de las comunidades. Es formar parte de un grupo social y tiene un componente bidireccional, esto es muy importante porque el individuo influye sobre cómo socializa el colectivo y el colectivo determina cómo puede incorporarse o no una persona determinada»
Hugo López-Gatell
Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud
En contraste, el elemento que más dificulta la relación entre personas es la vulnerabilidad social, entendida como la marginación económica y social, la discriminación, el racismo, el clasismo y las expresiones de odio o desprecio.
La deprivación, la exclusión y la falta de oportunidades de estudio o trabajo induce a las adicciones, igual que el acceso a las drogas.
“Es uno de los fenómenos que más amplifican, no sólo generan, sino que amplifican la desocialización, la dispersión de la integración social”, remarcó.
En esas circunstancias, dijo, el consumo de sustancias ilícitas origina un dañino círculo de amistades que establecen falsos mecanismos de comunicación, sentido de pertenencia, empatía y espacios de convivencia cotidiana.
“Las drogas, lo hemos comentado previamente, son un espacio de socialización en sí mismo, pero desde luego, no saludable. Son una especie de escape ante la incapacidad o la imposibilidad de socializar”, enfatizó.
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Llamó a cuidar y fortalecer las relaciones familiares y escolares a fin de crear ambientes que favorezcan la sana socialización, principalmente en la adolescencia, etapa crucial en la vida de una persona.
Foto: Gobierno de México
Video: Twitter
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