Puebla 1973: gobierno provocador

Las contradicciones que se produjeron, de 1970 a 1973, entre los gobiernos del Estado y de la República llevaron a Puebla a un violento conflicto que involucró prácticamente a toda la sociedad. Una abigarrada alianza de fuerza derechistas arribó a las administraciones del doctor y general Rafael Moreno Valle (1969-1972) y del doctor Gonzalo Bautista O’Farril (1972-1973).

Fueron tres años de asesinatos políticos, golpizas a periodistas críticos, robos de bienes públicos, crecimiento del pandillerismo estudiantil, justificadas protestas de sindicatos obreros, desplazamiento del clero político, abusos de las fuerzas policiacas, ofensivas conservadoras hacia el gobierno federal que presidía Luis Echeverría Álvarez. El periodista Manuel Buendía, así lo advirtió.

Esa pesadilla inició su término a partir del 8 de mayo de 1973 con la renuncia del gobernador Gonzalo Bautista y con la apertura de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla. 

Antes, el primero de mayo del 73, tres estudiantes y un profesor de la hoy Benemérita universidad fueron asesinados por pistoleros al servicio del gobierno del estado que presidía Bautista O’Farril. Sobre estos sucesos, la versión que publicó el 2 de mayo el diario Excelsior fue la siguiente:

“VERSION DE LOS COMITES DE LUCHA.

“Sobre los motivos de la refriega a tiros, los dirigentes de los comités de lucha informaron: Teníamos preparados, para hoy, diversos actos culturales dedicados a los obreros que sabíamos que iban a tomar parte en el desfile del Día del Trabajo.

“Deseábamos exponerles la posición de los comités de lucha.

“Muchas brigadas de estudiantes salieron a repartir volantes por las calles en donde se efectuaba el desfile.

“La policía detuvo a seis estudiantes que integraban una de esas brigadas. Los llevaron a la Inspección de Policía y los encarcelaron.

“Decidimos efectuar un mitin en la Plazuela de la Democracia, para pedir la libertad de nuestros compañeros.

“Ya se efectuaban el mitin con asistencias de obreros y estudiantes, cuando los ocupantes de una auto patrulla policiaca que circulaba por la calle Maximino Ávila Camacho dispararon sus pistolas contra el edificio de la Universidad y contra los estudiantes que participaban en el mitin.

“Fue por eso que los estudiantes detuvieron a esos policías, volcaron la patrulla -era una Volkswagen- y la incendiaron.

“Luego la policía rodeo el edificio de la Universidad y de los alrededores, especialmente desde las cúpulas de los templos vecinos, decenas de policías empezaron a disparar contra el edificio de la Universidad, contra los que participaban en el mitin y contra toda la gente que estaba cerca de nosotros.

“Eran como las 10 de la mañana.

“Dos estudiantes fueron muertos (después se comprobó que eran dos más), en la azotea del edificio de la Universidad, lo cual es una prueba que nos dispararon desde los edificios vecinos, desde las cúpulas de muchos templos que nos rodean.

“El teniente coronel Luis Álvarez Moguel, subjefe de policía estatal, dijo que “desde ayer tuvimos informes en el sentido de que los universitarios planeaban alterar el orden durante la celebración del Día del Trabajo. Nos ordenaron tratar de evitarlo. Los estudiantes secuestraron a cuatro policías uniformados y a dos de la policía judicial del estado, incendiaron un auto patrulla y dispararon en contra de quienes pretendimos rescatara los secuestrados”.

Cuatro días después, el 5 de mayo, el primer informe sobre el peritaje que realizaron los enviados de la Procuraduría de la República constató que la mayoría de los orificios encontrados en diversas partes del Edificio Carolino pertenecía a balas de calibre de alto poder, principalmente de M-1. Según el perito Federico Galván Anaya, los proyectiles habían sido disparados a 20,30,50,100, y 300 metros de distancia del edificio Carolino.

Las conclusiones de la Procuraduría de la República, fueron una de las tantas respuestas que se hicieran a las organizaciones derechistas que pretendían una manifestación de apoyo, con cierre de comercios y de industrias, a Bautista OFarril que el 8 de ese mes presentó su renuncia al gobierno del Estado.

Por Alfonso Yáñez.

Foto: Archivo El Ciudadano

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