Puebla, maltrato animal y el peligro de las modas

Caballo y hombre, hacen un jinete. Sin el caballo, el Hombre es simplemente eso, un hombre. ¿Si ya no somos jinetes, seguiremos siendo Hombres? La relación del perro y el Hombre es mayor. Digámoslo así, el lobo se convirtió en perro en la misma proporción en que el primate evolucionó en Hombre.

Hombre y perro se complementan, el cerebro del hombre con el olfato y oído del perro, la inteligencia del Hombre con las garras y colmillos de los perros. La historia de la Humanidad es la historia del perro. Los perros acompañaron a los hombres en sus largas migraciones, a las guerras, a las conquistas, al trabajo, a la casa. Los perros cazan, recolectan, protegen, guían, rescatan, ayudan, detectan y en largo, etc.

El perro pasó del campo al patio de la casa, recuérdese el lugar que ocupa el perro en la familia de la película Roma de Alfonso Cuarón, en los años setenta del siglo pasado, y finalmente a ocupar un lugar en la sala, tener un cuarto en la casa y hasta un lugar en la mesa. En algunos sectores de la sociedad, el perro se transformó en “perrijo”, con todas las implicaciones positivas y negativas que significa. Al menos media docena de mis amigas con considerable éxito profesional y solvencia económica decidieron tener un perro, que paso de ser una simple mascota a ser considerado y tratado como un miembro destacado de su familia.

Con estos antecedentes es natural que cuando se habla de protección animal, lo primero que viene a la mente es un perro, después un gato y le siguen una larga lista de animales que convertimos en mascotas. Resulta natural y positivo que en la evolución de los derechos y las libertades se legisle en contra del maltrato a los animales. Hay que tener cuidado con las modas y las tendencias. Como antes era costumbre arrojar a los cristianos a los leones para darle gusto a los asistentes al Coliseo, ahora resulta riesgoso crear leyes para darle gusto a las redes sociales o para sacar raja política. Pan y circo.

En medio de un frenesí político, el tema del maltrato a los animales llama la atención en la conversación pública, particularmente después de los dos hechos recientes: el primero, cuando un sujeto en Tecamac, Estado de México, arrojó a un cachorro a un caso de aceite hirviendo y el segundo, cuando una adolescente en Puebla mató a un cachorro que le regalaron y después subió las fotos a sus redes sociales.

El sujeto que arrojó al perro al caso ya está preso y podría pasar 6 años en prisión. El caso de la adolescente es diferente. Desde mi punto de vista no es un asunto de la Fiscalía General del Estado, sino del DIF o de la Secretaría de Salud. Lamentable lo del cachorro por supuesto, pero esa joven está muy cerca de hacerle daño a otra persona o a ella misma. No se necesitan propuestas de bote pronto del gobernador o del presidente, sino acciones que permitan eliminar la violencia en todas sus formas. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.

@onelortiz

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