Las plantas tratadoras de agua de la empresa Agua de Puebla enfrentan serias deficiencias que afectan la calidad del agua que se descarga en el río Atoyac. Actualmente, operan con un tratamiento primario, lo que solo elimina parcialmente los contaminantes del agua, logrando reducir aproximadamente el 50% de la contaminación. Para mejorar este escenario, se requiere una modernización urgente hacia tratamientos secundarios y terciarios, que podrían sanear hasta el 75% de las aguas residuales descargadas en el afluente.
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Las cuatro plantas macro instaladas en la cuenca del río Atoyac tienen una capacidad combinada de 3,600 litros por segundo, pero no alcanzan a cumplir con los estándares de calidad necesarios para evitar daños ambientales graves. Estas plantas actualmente solo eliminan contaminantes suspendidos, como arenas y materia orgánica, pero no son capaces de eliminar contaminantes disueltos, como metales pesados y sustancias químicas, lo que resulta en un tratamiento insuficiente para cumplir con las normativas nacionales.
La transición hacia tratamientos secundarios y terciarios permitiría reducir significativamente la contaminación, alcanzando una eficiencia de hasta un 90%. De hecho, algunas plantas, como la de San Martín, podrían beneficiarse de mejoras en su infraestructura para tratar más agua, lo que permitiría una recuperación más efectiva del río Atoyac.
En cuanto a las soluciones disponibles, se destaca que la modernización de las plantas no solo mejoraría la calidad del agua, sino que también obligaría a las industrias locales a invertir en el tratamiento de sus propios desechos. Esto ayudaría a reducir la sobreexplotación de los mantos acuíferos y a fomentar el uso responsable de los recursos hídricos.
Las autoridades han señalado que, aunque actualmente existen 149 plantas tratadoras en Puebla, solo un pequeño número de ellas opera de manera eficiente. La mayoría de estas instalaciones no cuentan con la capacidad necesaria para procesar el volumen de aguas residuales que se descargan, especialmente en zonas urbanas e industriales. La modernización de las plantas de Agua de Puebla es vista como un paso crucial para enfrentar este desafío.
La necesidad de una mejora en la infraestructura es aún más urgente debido a que, a pesar de que las plantas tratadoras instaladas tienen la capacidad técnica para procesar una gran cantidad de aguas residuales, solo una parte de las descargas son tratadas adecuadamente. En total, las plantas instaladas podrían tratar alrededor de 4,289 litros por segundo, mientras que el río Atoyac recibe aproximadamente 4,190 litros por segundo, lo que implica que una correcta operación de estas plantas podría generar una mejora significativa en la calidad del agua.
Sin embargo, otro desafío importante es la eficiencia de las plantas operativas. De las plantas en funcionamiento, solo un par se encuentran operando de manera óptima, mientras que las demás enfrentan problemas de capacidad o ineficiencia operativa, lo que limita aún más los esfuerzos para sanear el río Atoyac.
En el sector industrial, se ha identificado que muchas empresas cuentan con sus propias plantas de tratamiento de aguas residuales, pero no todas las instalaciones operan continuamente ni de manera eficiente. En muchos casos, las plantas solo funcionan durante las inspecciones de las autoridades, lo que agrava la contaminación en cuerpos de agua como el río Atoyac.
Finalmente, se ha enfatizado la importancia de contar con personal especializado y capacitado en las plantas tratadoras de Agua de Puebla, ya que la falta de personal adecuado y la gestión ineficiente de los recursos hídricos contribuyen al desperdicio de agua y a la deficiente distribución en la red hidráulica.
Foto: El Ciudadano
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