La tragedia llamó a la puerta de una primaria de Uvalde, Texas. Otro tiroteo masivo en Estados Unidos provocó la muerte de al menos 19 niños y dos maestras en esta escuela. La mayoría de las víctimas eran alumnos con edades entre los cinco y los 11 años. El responsable, un joven de 18 años identificado como Salvador Ramos, quien actúo como tirador solitario.
Salvador Ramos era un ciudadano estadounidense originario de North Dakota. «Era calladito. Dicen que sí le gustaba jugar esos videojuegos de tiros», contó a «El País» Eric, un ciudadano cuyo hijo mayor estudia en el mismo instituto que Ramos.
De acuerdo con este vecino, Ramos era «buena gente», pero víctima de bullying en el instituto. «Mi hijo dice que conoce a un muchacho al que le gustaba pegarle».
El diario «The Washington Post» habló con algunos de quienes fueron amigos de Salvador Ramos. Uno de ellos fue Santos Valdez, quien declaró que Ramos solía contarse en la cara con cuchillos «por diversión».
En el colegio, su tartamudez y su fuerte seseo lo convirtieron en víctima de bullying. Stephen García, quien se consideraba el mejor amigo de Ramos en octavo grado, dijo que «era el niño más agradable, más tímido». Al final, Ramos abandonó la secundaria de Uvalde y comenzó a vestir de negro, se dejó el pelo largo y en redes sociales comenzó a publicar fotos de rifles automáticos.
Salvador Ramos vivía con sus abuelos y se alejó de sus amigos porque comenzó a desarrollar reacciones violentas hacie ellos. Antes de perpetrar el ataque en la primaria, discutió con su abuela sobre la factura del teléfono, luego le diparó en la frente. La mujer se encuentra hospitalizada en estado crítico.
Rolando Reyes, de 72 años y abuelo de Ramos aseguró que él no tenía idea de que su nieto hubiera comprado dos rifles AR-15 o que los tuviera en casa. Aseguró que si lo supiera lo habría denunciado.
Ramos vivía con sus abuelos porque tuvo desacuerdos con sus madre, que consumía drogas. Su padre fue una figura ausente.
El teniente Christopher Olivarez, del Departamento de Seguridad Pública de Texas, declaró a la prensa que Ramos entró a la escuela con chaleco antibalas. Además, iba armado con un rifle automático y una pistola, y formó una barricada en un aula de cuarto grado donde minutos antes se celebró una ceremonia de fin de curso.
Un agente de la patrulla fronteriza mató a tiros al atacante en el lugar de los hechos. En el intercambio de disparos otros dos agentes de la policía resultaron lesionados.