Las autoridades francesas detuvieron a Pável Dúrov, cofundador de Telegram, el sábado por la noche en el aeropuerto de París-Le Bourget. Dúrov, de 39 años, fue arrestado cuando descendía de su avión privado procedente de Azerbaiyán, tras una orden de arresto emitida por la oficina de menores de la Dirección Nacional de Investigación Criminal de Francia.
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Según la justicia francesa, la falta de moderación en Telegram y la falta de cooperación de Dúrov con las autoridades lo convierten en cómplice de delitos graves, como tráfico de drogas, pedofilia y fraude.
Tatiana Moskalkova, Defensora del Pueblo de Rusia, acusó a Francia de detener a Dúrov con el fin de cerrar Telegram. Moskalkova argumentó que la detención es un intento de controlar la libertad de expresión y calificó el arresto como una violación grave de los derechos humanos. Moskalkova instó a Francia a recordar los principios de la libertad de expresión, sugiriendo que la detención de Dúrov contradice los valores democráticos que Francia dice defender.
La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, afirmó que Moscú había enviado una nota diplomática a Francia solicitando acceso consular a Dúrov. Además, Zajárova cuestionó la postura de las organizaciones no gubernamentales occidentales que criticaron el intento de Rusia de bloquear Telegram en 2018, preguntándose si ahora exigirán la liberación de Dúrov.
El subjefe del comité de Política Informativa de la Duma, Antón Gorelkin, reconoció que Rusia también tenía preocupaciones sobre Telegram, aunque aclaró que el bloqueo de la plataforma no estaba en discusión. Afirmó que, en las últimas semanas, hubo quejas sobre el funcionamiento de Telegram en Rusia, pero no acciones oficiales contra la aplicación.
Dúrov, que posee ciudadanía rusa, francesa y de los Emiratos Árabes Unidos, podría enfrentar varios años de prisión si se confirman las acusaciones. Los cargos que enfrenta incluyen terrorismo, tráfico de drogas, complicidad, fraude, lavado de dinero y distribución de contenido pedófilo, según reportes de medios franceses.
La situación generó tensiones diplomáticas entre Rusia y Francia, con Moscú acusando a París de aplicar un doble rasero en cuanto a la libertad de expresión y los derechos humanos. Mientras tanto, los defensores de Telegram temen que la detención de Dúrov represente un golpe a la libertad de información en la era digital.
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Foto: Redes
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