Segundo debate por la presidencia

Reitero: los debates son espectáculos de apreciación. Es natural que los partidos y seguidores, cada una de las candidatas y el candidato, los apoyen incondicionalmente y que digan que ganaron de manera contundente el segundo debate.

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Desde ayer en la noche inició el postdebate, el control de la narrativa, como ahora le dicen. Se desató la lluvia de memes, el tren del mame, las tendencias orgánicas y la producción en serie de mensajes. Estos ejercicios son útiles para el ánimo, pero, sobre todo, para que algunas empresas consultoras justifiquen las igualas que les pagan, por cierto, con recursos públicos, pero no sirven para conocer los resultados del debate, están distorsionados.

Dos instrumentos resultan interesantes para saber qué paso la noche del domingo. Hablo de las encuestas de salida y en unos días, los posibles cambios en las tendencias electorales, particularmente, las encuestas realizadas en casa habitación.

Respecto a las encuestas, varias empresas dieron a conocer sus resultados: de nueva cuenta la mayoría de estas empresas dan el triunfo a Claudia Sheinbaum: C&E, 51%; Electoralia, 61%; Gobernante, 50%, Demoscopía Digital, 70%; Tresearch, 51%, FactoMetrica, 66%; es decir, le otorgan a la candidata de Morena una tendencia que va del 50% a 70% de las opiniones favorables. La excepción vuelve a ser Massive Caller que da el triunfo a Xóchitl Gálvez, 56%. Respecto a las tendencias electorales, ya veremos en el mes de mayo.

En cuanto al formato del debate, fue acartonado y aburrido para ser un programa de televisión de dos horas, pero fue un encuentro más fluido que el primero; los relojes funcionaron, pero la iluminación tuvo defectos, se veían todo bronceados y el Internet para los medios de comunicación afuera de los estudios Churubusco falló. Bien por los conductores Alejandro Cacho y Adriana Pérez Cañedo.

Claudia Sheinbaum presentó sus propuestas respecto a igualdad, pobreza, infraestructura y desarrollo sustentable; defendió los logros del gobierno de Andrés Manuel López Obrador; se mantuvo imperturbable ante la metralla de Xóchitl Gálvez, que al final fueron de salva y respondió a los ataques. Esta circunstancia la convierten en la ganadora del debate.

Xóchitl Gálvez llegó con la espada desenvainada, pero evidenció sus ansias de novillera. Fue un petardo. Nuevamente, presentó acusaciones de redes sociales. Sacó el tema de la ahora famosa camiseta de Jenaro Villamil, cuando ya se sabe que este modelo no tiene nada que ver con la Santa Muerte o con algún culto satánico. Se trata de un emprendimiento, la venta de camisetas por Internet.

Simplemente, hay que entrar a la página www.camisetaspendejas.mx y buscar la sección “calacas chidas”, para saber de lo que escribo. Quedo claro que Xóchitl Gálvez quiere, pero no puede articular un discurso coherente y contundente en contra de su contra parte morenista.

Jorge Álvarez Máynez cumplió su cometido. Presentó sus propuestas, criticó a Claudia Sheinbaum y a Xóchitl Gálvez y les habló a los jóvenes. Es probable que en los días posteriores llegue a los dos dígitos en las preferencias electorales y no solo a los primeros lugares de las plataformas de música con su tema de campaña. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.

@onelortiz

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