La construcción del Tren Maya ha dejado graves afectaciones en la Península de Yucatán, por lo que se requiere una restauración integral en toda la zona, reconoció Alicia Bárcena, secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Las medidas incluyen la eliminación de barreras para la fauna, prohibición de nuevos caminos en la selva y protección de cenotes y cavernas.
Bárcena enfatizó la necesidad de un plan de reforestación liderado por comunidades locales, como los productores de chicle, para evitar la intervención de empresas privadas sin compromiso ambiental. “Son empresas que vienen, plantan un árbol y se les muere al día siguiente”, criticó la funcionaria.
La península enfrenta también una crisis de contaminación derivada de la actividad de granjas porcícolas, aguas residuales y desechos de la industria turística, lo que agrava la situación ecológica.
Marina Robles, subsecretaria de Biodiversidad y Restauración Ambiental, subrayó que las acciones contemplan mejorar los pasos de fauna y eliminar barreras, además de explorar mecanismos legales para que la zona sea declarada como Reserva de la Biósfera. También se planean estrategias de compensación ambiental enfocadas en la restauración de cavernas y cenotes.
Sin señalar directamente a responsables, Robles advirtió que quienes causaron los daños deberán pagar. El megaproyecto ferroviario, impulsado en el sexenio pasado, está dividido entre el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) en los tramos 1 al 4, y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en los tramos 5 al 7, bajo la empresa Tren Maya, SA de CV.
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Sergio Graf Montero, director de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), señaló que la compensación por el daño ambiental incluirá reforestación y restauración de manglares degradados en toda la península. “Queremos impulsar una restauración que beneficie directamente a las comunidades dueñas de los terrenos”, afirmó.