En medio de un panorama político cargado de tensiones y divisiones, el actor Eduardo Verástegui ha lanzado duras críticas contra la gestión de la presidenta Claudia Sheinbaum. A través de sus redes sociales, el fundador del «Movimiento Viva México» se mostró rotundamente en desacuerdo con la administración de la mandataria capitalina, asegurando que no terminará su sexenio, una afirmación que ha generado una ola de reacciones tanto a favor como en contra.
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El actor, conocido por su activismo político y su constante oposición a Morena, afirmó que el gobierno de Sheinbaum está «en decadencia» y que el país enfrenta una crisis irreversible bajo su mando. Sin embargo, las afirmaciones de Verástegui parecen más orientadas a un intento de posicionamiento político que a una crítica constructiva de la situación del país.
“México merece mucho más que gobernantes a los que no les importa nada más que sus bolsillos e intereses personales. Esta batalla la vamos a librar juntos. ¡Juntos somos más fuertes!“
Eduardo Verástegui
Dirigente Movimiento Viva México
A lo largo de sus declaraciones, el activista vincula los recientes casos de inseguridad, como el hallazgo de un crematorio clandestino, con la supuesta incapacidad del gobierno de Sheinbaum para hacer frente a la violencia en el país. Sin embargo, estos comentarios parecen ignorar el contexto complejo que enfrenta México, donde la inseguridad es un problema multifacético que trasciende a un solo partido o administración.
“Yo creo que,#SheinbaumNoTermina ¿Muy pronto nuevas elecciones? ¿Encuestas manipuladas?¿Acarreados en el Zócalo?“
Eduardo Verástegui
Más allá de las críticas a la seguridad, las aseveraciones de Verástegui parecen ser más una estrategia para ganar terreno en el espectro político que una evaluación seria y objetiva de la situación del país. Si bien es cierto que el panorama de inseguridad en México requiere atención, las declaraciones de Verástegui, quien se presenta como líder de un nuevo movimiento político, muestran una falta de propuestas concretas y un enfoque simplista que difícilmente contribuirá a la solución de los problemas más acuciantes de la nación.
En lugar de centrarse en un análisis serio y bien fundamentado de la situación, Verástegui opta por un discurso polarizante y cargado de acusaciones vagas. Su afirmación de que el gobierno de Sheinbaum «no terminará el sexenio» no solo carece de base real, sino que también deslegitima el proceso democrático que la mandataria está llevando a cabo con el respaldo de una amplia porción de la población.
Por otro lado, las críticas de Verástegui parecen ignorar la realidad de las cifras y el apoyo popular que mantiene Claudia Sheinbaum. Según las encuestas más recientes de El Financiero, la presidenta goza de una aprobación histórica que alcanza el 85%, la más alta en los últimos 30 años. Esta cifra no solo refleja la percepción positiva de su gestión, sino también su creciente influencia en el país. De acuerdo con estos datos, la afirmación de Verástegui de que Sheinbaum está en decadencia parece estar alejada de la realidad política y social de México.
El hecho de que el activista apunte a la presidencia de Sheinbaum como un fracaso inminente demuestra una desconexión con las necesidades de los ciudadanos, quienes, a pesar de las dificultades, siguen mostrando apoyo a la mandataria.
Más allá de las críticas a Sheinbaum, Verástegui ha aprovechado la situación para posicionar su propio proyecto político: el “Movimiento Viva México”. La organización ha iniciado un proceso de afiliación para formar una militancia que se oponga tanto al gobierno actual como a la oposición tradicional. No obstante, el movimiento enfrenta un reto importante: demostrar que su enfoque es más que un proyecto personalista y convertirse en una opción viable para los votantes que buscan una alternativa seria y comprometida con el bienestar de México.
Las críticas de Eduardo Verástegui a Claudia Sheinbaum, lejos de ser una reflexión profunda sobre la situación del país, parecen más bien una jugada política para ganar protagonismo. En lugar de centrarse en soluciones constructivas, Verástegui se ha limitado a emitir juicios apresurados y a avivar la polarización. En un momento tan crucial para México, donde la unidad y el consenso son más necesarios que nunca, figuras como Verástegui parecen distraer el debate público con comentarios vacíos.
Mientras tanto, el gobierno de Sheinbaum, respaldado por una mayoría de la población, continúa con su mandato, enfrentando retos importantes, pero también recibiendo el apoyo de aquellos que creen en la posibilidad de un futuro mejor.
Foto: El Ciudadano
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