Cada 22 de abril, desde la década de los 70, se celebra el Día de la Tierra. Si bien existen ciertas polémicas y desacuerdos sociopolíticos alrededor de la fecha elegida (al coincidir con el natalicio de Lenin), la conmemoración del día es lo que importa: concientizar sobre nuestro hogar.
El Día de la Tierra busca generar en la gente una reflexión consciente sobre los problemas que acosan al planeta: la contaminación, el desmesurado cambio climático, el maltrato a la naturaleza, la pérdida de la biodiversidad; todas coyunturas provocadas por la desconsideración humana.
Como parte de esta concientización, muchos realizadores audiovisuales han creado diversas campañas y documentales para transmitir el mensaje medioambientalista de otros modos.
Estos son algunos de los documentales fundamentales para profundizar al respecto. Debo aclarar que this ain’t pretty, estos largo y cortometrajes no tratan de resaltar la belleza de la natura, sino lo grotesco de nuestra especie.
1. Cowspiracy (2014)
Existe una teoría sobre cómo la industria ganadera ha estado afectando al ambiente, mucho más que la mismísima industria del transporte. Sus consecuencias nos han dejado la deforestación de todo tipo de ecosistemas, el desequilibrio de biosferas, contaminación de residuos y cuerpos de agua, la pérdida de hábitats naturales y la erosión del suelo (más detalles).
Este documental retrata bien esta conspiración por parte de los productores de esta industria, ya que resaltan cómo las grandes organizaciones ambientales han estado postergando acciones respecto a esta temática.
2. Les glaneurs et la glaneuse (2000)
Si bien este documental cuenta una visión subjetiva de la autora, pionera y abuela del cine de la nueva ola francesa, Agnes Varda, es una perspectiva que hace un símil entre la vida de un recolector en el campo y un recolector urbano; ambos unidos por un gesto corpóreo de agacharse, por un estilo de vida a la vez tan distinto y tan similar.
Ambos cosechan aquello que la sociedad o no quiere recoger por su cuenta o ya no quiere en absoluto; cosechan la madurez de la naturaleza y el desperdicio de la urbe. Si bien puede sonar como una mirada romántica, lo es en el sentido original del romanticismo oscuro: donde prevalece la condición más repulsiva del ser humano.
3. Seaspiracy (2021)
El reflejo amoroso-hippie de la vida en el agua se desploma ante la verdad que rodea a nuestros océanos. La realidad es que en el agua pasan muchas cuestiones que en la tierra no tenemos en cuenta, que como no vemos, no nos afecta.
Pues no, llega Seaspiracy a decir: “Esto está pasando aquí y ahora. No es un problema local, es prioridad en materia ecológica, social, política, humana”. De la lista este es el documental más preocupante y el más vigente: lo primero, debido a que los océanos son pulmones vitales del mundo (nada de que yo no respiro o a mí eso qué), lo segundo, porque es una problemática que venimos arrastrando por años, sin que nadie haga algo significativo.
4. H2Omx (2014)
El agua en la Ciudad de México es una cuestión que abarca todos los aspectos de la vida (más allá del espectro natural con el ser humano): se involucra en lo cultural, al ser una ciudad edificada sobre un lago, en lo sociopolítico, al ser un recurso que escasea, en la infraestructura, al haber inundaciones frecuentes, en lo ambiental, al estar en constante contaminación.
Este documental toca todas esas fibras y tantas otras que requieren de un estómago fuerte y unos ojos abiertos a la inmundicia. (Véase con discreción y si vive en la CDMX, que aguante).
5. Food Inc. (2009)
La manera capitalista en la que consumimos ha traído consecuencias masivas a nuestro estilo de vida y a nuestro planeta: jugamos con la genética de los seres vivos para mejorar su aspecto peor no su calidad de vida, para poder comer más pero no mejor.
Este documental refleja (warts and all) cómo las grandes empresas alimenticias estadounidenses están más preocupadas porque consumas sus productos que por realmente cuidar la nutrición o la salud de sus clientes.
6. Koyaanisqatsi (1982)
Parte de la trilogía Qatsi del director Godfrey Reggio. Escenas poéticas que suman una colección visual de la humanidad en todo su esplendor, reflejo, opacidad y transparencia. Koyaanisqati, traducido como “la vida fuera de balance” en el idioma de los hopis americanos, es la primera de esta trilogía experimental.
Si bien la intención del documental queda abierto para el espectador, al no contener un narrador oral, más que la música minimalista de Philipp Glass; es una secuencia audiovisual de alto valor para entender el razonamiento humano, y el porqué la regresión a ciertas costumbres menos destructivas para el planeta, no son una opción viable para muchas personas.
7. The Inconvenient Truth (2006)
Un clásico de clásicos. Al Gore, exvicepresidente de los Estados Unidos, busco acercarse a la conciencia de los ciudadanos americanos a través de una exposición sobre el calentamiento global y la gravedad de sus consecuencias.
Es quizás el documental que mayor impacto ha tenido en el asunto que aborda: a partir de su estreno la escena ambientalista comenzó a visibilizarse con mayor fuerza (lo mismo que los problemas que se señalan), tanto por la controversia que genera y los temas secundarios que hila en su narrativa.
Bonus: Steve Cutts
Steve Cutts es un joven británico de 26 años, dedicado a la animación e ilustración de sátiras de los excesos de la vida contemporánea. Es muy conocido por un corto que sigue la vida infeliz de una rata urbanizada irónicamente llamado Happiness.
Estos dos cortos abordan la temática sobre conciencia ambiental de un modo mucho más contundente y con un humor excelentemente inapropiado y genial.
MAN (2012)
The turning point (2020)
Te recomiendo también, además de ver estos documentales con calma y muchos pañuelos desechables 😔, verlos con toda la mente abierta. Sí, tal vez no podamos dejar de comer carne o dejar de lado nuestra vida ultracapitalista, pero sí podemos tomar otras medidas: separar la basura, aprender a hacer composta, bañarnos más rápido, no sé. Opciones hay miles, planeta sólo hay uno.