México debe encaminar su política industrial hacia el fomento de sectores clave y una mayor innovación y digitalización en sus procesos, ante las adecuaciones recientes que ha visto el entorno internacional, recomendó este martes 10 de septiembre el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
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En el documento «Política industrial para un nuevo sexenio», el Imco sugirió generar condiciones para fortalecer a las empresas nacionales de proveeduría e incrementar su vinculación con las cadenas productivas globales.
«A pesar de cierto éxito en el comercio exterior y de la creación de millones de empleos asociados con él, las empresas nacionales de proveeduría no se han fortalecido y la producción de exportaciones ha dependido principalmente de insumos intermedios importados»
Imco
Por ello, el Imco sugirió facilitar el incremento de contenido nacional y valor agregado a las exportaciones, así como una política que atienda áreas clave como la educación, la infraestructura, el agua y la energía. Ello puede garantizar un crecimiento económico inclusivo y sostenible que reduzca las disparidades socioeconómicas entre el norte y el sur del país, añadió.
Además de la innovación y la digitalización, la industria mexicana requiere un fortalecimiento de los encadenamientos productivos, mayor acceso a financiamiento, modernización de la logística e infraestructura y sostenibilidad ambiental.
También es importante garantizar el Estado de derecho, implementar medidas fiscales, consolidar vínculos con los mercados internacionales y mejorar la educación del talento mexicano, aseveró el organismo.
En los últimos años, el concepto de política industrial ha evolucionado para incorporar elementos como el impulso a la innovación, la sostenibilidad y la reducción de desigualdades, señaló.
«En el escenario internacional actual, la política industrial ha recobrado relevancia debido a factores como las tensiones geopolíticas, la disrupción de cadenas de suministro durante la crisis sanitaria y las tendencias de ajuste en las cadenas productivas, como el ‘nearshoring’ (relocalización)»
Imco
La economía mexicana, la segunda mayor de América Latina después de Brasil, depende en gran medida de los ciclos productivos de Estados Unidos, su vecino y principal socio de negocios, sobre todo en la parte industrial.
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