El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha reavivado las tensiones internacionales al sugerir la posibilidad de invadir Groenlandia y Panamá, dos territorios clave para las rutas comerciales globales. Sus declaraciones, que se alinean con su retórica de «América grande», podrían generar un aumento en la inestabilidad de regiones estratégicas como el Ártico y Centroamérica.
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En una serie de declaraciones recientes, Donald Trump, quien asumirá la presidencia de Estados Unidos en enero, ha dejado entrever su interés en intervenir en dos territorios estratégicos: Groenlandia y Panamá. Estas afirmaciones han generado preocupación a nivel global, dado que ambos territorios juegan un papel crucial en el comercio internacional y las relaciones diplomáticas de Estados Unidos.
El interés de Trump por Groenlandia no es nuevo. En 2019, propuso la compra de la isla a Dinamarca, dado su valor estratégico en el control de las rutas del Ártico. Groenlandia es rica en recursos naturales y su ubicación es clave para el comercio entre Europa y Asia, especialmente con el deshielo en la región que abre nuevas rutas de navegación. Sin embargo, la posibilidad de una invasión, aunque improbable, ha sido mencionada por Trump en un contexto de creciente competencia con Rusia por el control del Ártico.
En el caso de Panamá, Trump ha señalado la posibilidad de intervención militar si las autoridades panameñas no reducen los costos de peajes para los barcos estadounidenses que transitan el Canal de Panamá. Apelando a la cláusula V del Tratado Torrijos-Carter, el mandatario electo ha insinuado la posibilidad de enviar tropas a la región, reavivando el fantasma de la invasión estadounidense de 1989. Trump también ha acusado a Panamá de tener vínculos comerciales con China, lo que ha sido categóricamente negado por el gobierno panameño.
Las declaraciones de Trump, que parecen buscar reforzar el control estadounidense sobre puntos neurálgicos del comercio global, han despertado alarmas por su posible impacto en las relaciones diplomáticas con aliados como Dinamarca y Panamá, además de aumentar la preocupación sobre una posible escalada de tensiones en el Ártico y Centroamérica.
La retórica intervencionista de Trump podría desestabilizar regiones clave para el comercio internacional y aumentar la tensión con aliados estratégicos.
Foto: Redes
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