A cien días después de los terremotos más mortíferos de la historia reciente de Turquía y Siria, millones de niños y familias luchan por reconstruir sus vidas.
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Se calcula que 2.5 millones de niños y niñas en Turquía y 3.7 millones en Siria precisan ayuda humanitaria permanente.
Los dos devastadores terremotos producidos inicialmente el 6 de febrero de 2023, a los que siguieron miles de réplicas, han llevado a muchas familias a una situación límite, han dejado a niños y niñas sin hogar y sin acceso a servicios esenciales —como agua potable, educación y atención médica— y han provocado un aumento de los riesgos para la protección de los niños y niñas vulnerables.
“Tras los terremotos, los niños y las niñas de ambos países han sufrido unas pérdidas y un dolor inimaginables”, ha afirmado la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, quien visitó los dos países solo unas semanas después de los primeros temblores.
“Los terremotos sacudieron lugares en los que muchas familias eran ya muy vulnerables. Hay niños que han perdido a familiares y seres queridos y han visto cómo sus casas, sus escuelas y sus comunidades han quedado devastadas y sus vidas, totalmente truncadas”
Catherine Russell
Directora Ejecutiva de UNICEF
Antes, incluso de los recientes terremotos, muchas familias de las zonas afectadas ya vivían una situación complicada.
En las regiones afectadas de Turquía, las tasas de pobreza infantil eran ya elevadas y aproximadamente el 40% de los hogares vivían por debajo del umbral de la pobreza, frente al 32% registrado a escala nacional.
Se calcula que, sin un apoyo local e internacional sostenido que incluya transferencias de dinero en efectivo y garantice el acceso a la educación, estas cifras podrían dispararse y superar el 50%.
En la actualidad, niños y niñas vulnerables de las zonas más golpeadas están expuestos a amenazas como la violencia, el matrimonio o el trabajo forzosos y el abandono escolar. La educación de casi cuatro millones de niños y niñas escolarizados se ha visto interrumpida, incluida la de más de 350 mil niñas y niños refugiados y migrantes.
Aunque en los últimos años se había logrado reducir estos riesgos en Turquía, el impacto de los terremotos podría revertir los avances conseguidos.
Siria ya vivía una situación complicada
En Siria la infancia se encontraba ya en una situación complicada, tras 12 años de un prolongado conflicto que ha afectado a todas las infraestructuras y servicios públicos.
Los fuertes temblores de febrero han agravado la situación y han causado aún más daños en las escuelas, las instalaciones de atención sanitaria y otras infraestructuras esenciales.
Por otra parte, los graves daños ocasionados en la infraestructura de agua y alcantarillado exponen a 6.5 millones de personas a un elevado riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera.
Se calcula que 51 mil niños menores de cinco años podrían sufrir desnutrición aguda moderada y grave; mientras que 76 mil mujeres embarazadas y en periodo de lactancia necesitan tratamientos para la desnutrición aguda.
La educación de aproximadamente 1.9 millones de niños y niñas se ha visto interrumpida, ya que muchas escuelas se siguen utilizando como refugios. En los últimos más de 100 días, muchos de estos niños y niñas han seguido viviendo en situaciones increíblemente complicadas, con un estrés agravado por la incertidumbre añadida de no saber cuándo deberán trasladarse de un refugio a otro.
“El camino hacia la recuperación es largo y las familias van a necesitar nuestro apoyo permanente”, ha dicho Russell.
“Los efectos del desastre a largo plazo, en particular la subida de los precios de los alimentos y la energía, además de la pérdida de medios de subsistencia y la falta de acceso a los servicios, van a llevar a cientos de miles de niños y niñas a una situación de pobreza aún más acusada. A menos que en los planes de recuperación inmediata y a largo plazo se dé prioridad a la asistencia económica y a los servicios esenciales para estos niños y sus familias, la infancia seguirá expuesta a un enorme riesgo de explotación y abuso”
Llamado de Unicef a la comunidad internacional
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que dé prioridad a la recuperación temprana centrada en la infancia y garantice que se atiendan las necesidades de los niños y las niñas en la asignación de fondos. Es necesario invertir en iniciativas de recuperación y poner el énfasis en reconstruir sistemas mejores, más resilientes y más inclusivos para las personas más marginadas.
Informó que desde se produjeron los terremotos, ha trabajado para ampliar la asistencia inmediata de emergencia a las comunidades afectadas, evaluar el impacto del desastre y prestar apoyo a la rehabilitación de la infraestructura dañada y al restablecimiento de los servicios básicos.
Aun con todo lo mencionado, el organismo aseguró que es necesario un mayor apoyo para hacer frente a la crisis actual.
Instó a seguir invirtiendo en ámbitos clave, en particular la ayuda económica a las familias y el acceso a una educación de calidad y al apoyo psicosocial.
«Es esencial seguir financiando programas de salud, nutrición y agua, saneamiento e higiene que garanticen la salud y el bienestar de los niños y las niñas y reduzcan el riesgo de brotes epidémicos»
Unicef
Para atender las necesidades de subsistencia de los casi 3 millones de niñas y niños afectados por el terremoto en Siria, la Unicef solicitó 172.7 millones de dólares para ejecutar su Plan de Respuesta Inmediata a los terremotos. Hasta ahora se han recaudado 78.1 millones de dólares, pero la financiación para nutrición, salud y educación sigue siendo muy insuficiente.
En Turquía, Unicef todavía necesita más de 85 millones de dólares de los 196 solicitados para prestar los servicios que requieren las niñas y los niños.
Foto: Internet
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