Una semana sin Ceci Monzón, ni resultados; dan «ganas de gritar»

Helena Monzón, hermana de la activista, sembró un rosal frente al fraccionamiento La Riviera, para recordar “que su voz trasciende y se escuchará en Barcelona, en toda Europa, en todos lados (...)"

Una semana sin Ceci Monzón, ni resultados; dan «ganas de gritar»

Autor: Anaid Piñas

El paisaje lucía solitario a medida que avanzaban los automóviles hasta llegar al punto citado en San Andrés Cholula. A lo lejos, un grupo de mujeres encendía veladoras e inflaba globos para colocarlos en la malla ciclónica que está a la orilla de la calle, justo frente al fraccionamiento La Riviera, ubicado en la calle Camino Real a Momoxpan, cerca del Periférico Ecológico.

Allí, hace una semana, dos cobardes le arrebataron la vida a la activista Cecilia Monzón, una mujer incansable que desde su profesión como abogada defendió con perspectiva de género a quienes las autoridades les negaron protección, apoyo y justicia, incluyéndose.

El reloj marcó las 11:15 y el clima, aunque caluroso, no logró alejar el frío que yacía en el corazón de las asistentes, quienes aún con miles de preguntas en la cabeza hicieron su mayor esfuerzo para no dejar salir algunas lágrimas mientras despedían con aquel homenaje a la mujer que representó una luz de esperanza en la resolución de sus casos.

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“Entiendo cada vez más la lucha de mi hermana en la medida en que me acerco más a su mundo. Cuando paso por esa Fiscalía, cuando paso por esos lugares a los que tenéis que ir. Cuando me tratan como tratan a las denunciantes. Estoy entendiendo cada vez mejor esas ganas de gritar que tenía mi hermana”, exclamó Helena Monzón, quien al llegar junto a sus padres al sitio en donde su hermana murió, fue acuerpada por integrantes de colectivas contra la violencia vicaria.

A más de siete días del hecho y sin que las autoridades le hayan dado rostro o nombre a los responsables del crimen; familiares, amigas, conocidas y compañeras de lucha de la abogada plantaron algunas flores cerca de la banqueta.

También colocaron una ofrenda hecha con pancartas y globos en lugar de levantar una cruz, como señal de resistencia y con la esperanza de que, distinto a los demás casos que se registran en Puebla, el crimen no quede impune.

Revictimización y lentitud en el caso

A pesar de lo ocurrido, Helena Monzón aún cree en las autoridades y les dará su voto de confianza. Aun cuando ella debe volver a España, mantendrá contacto con la Fiscalía General del Estado (FGE), para conocer el avance de la investigación; sin embargo, lamentó que la revictimización y la lentitud sean una constante para las víctimas poblanas y sus familias.

También ofreció un discurso a las asistentes para agradecerles su presencia y pedirles que no dejen de luchar, porque esa es la única forma para lograr que los casos no pasen desapercibidos, que las mujeres dejen de ser números ante la sociedad y se tome conciencia sobre la violencia a la que se enfrentan a diario.

«Nosotros hacemos un llamado a México, al mundo, no sólo por mi hermana, por todas las mujeres que dependen de la Fiscalía poblana, para que se sepa, para que se muevan. Que todos sepan que hay una lucha, que mi hermana era parte de ella y esa lucha continúa. Cecilia es un legado, ahora nos toca encontrar a los culpables, pero la lucha continuará por y para las mujeres de este estado»

Tras su mensaje, tomó una pala y comenzó a remover la tierra y sembró un rosal para su hermana, porque su lucha está viva, porque las flores a pie de calle servirán para recordar “que su voz trasciende y se escuchará en Barcelona, en toda Europa, en todos lados, porque su grito es el grito de todas las mujeres en México”.

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Antes de marcharse, escuchó los discursos de todas las mujeres a las que su hermana, amiga y colega acompañó durante la resolución de sus conflictos legales, sobre todo los relacionados con violencia familiar, abusos sexuales, sustracción de menores, pensiones alimenticias e intentos de feminicidio.

Foto: Agencia Enfoque

¿Cómo recuerdan a Cecilia Monzón?

Algunas mujeres compartieron sus testimonios. Se confesaron indefensas y temerosas al no saber qué pasará con sus casos, pues al perder a Cecilia, también perdieron a su abogada, a su defensora y a una amiga.

Recordaron con cariño, aunque con la voz entrecortada, las veces en que Ceci tomó sus casos como personales y cómo lucharon hombro a hombro contra un sistema burocrático, omiso y sin perspectiva de género.

En entrevista con El Ciudadano México, Ivonne Flores Mustre, representante del Colectivo de Amorosas Madres Contra la Violencia Vicaria (CAM-CAI), compartió que en Cecilia Monzón encontró la fuerza y el apoyo para luchar por ella y por su hija, para romper el ciclo de violencia en el que vivía.

“Yo comencé a sufrir violencia de género de mi expareja y no sabía que estaba sucediendo. Después de haber pasado un año de mucho martirio, porque los abogados que tenía no manejaban perspectiva de género o se habían vendido. Mi caso, de más de cuatro años sin poder estar con mi hija, no avanzaba, y a nosotras nos matan en vida si no nos dejan ver a nuestros hijos”

Señaló que al pedir ayuda con algunos conocidos, por fin llegó la recomendación que le cambió la vida y aunque al principio su carta de presentación le resultó extraña, descubrió el enorme corazón, profesionalismo, entrega y amor con el que Ceci defendía cada caso que le tocaba atender, aunque por algunos ni siquiera recibiera remuneración económica.

“Entonces me dijeron ‘yo conozco a una abogada que es buenísima y nunca ha perdido un caso’, y aunque sonaba extraño quise conocerla. Ella tenía mucha fuerza, presencia y conocimiento. Entonces me dio otra perspectiva de cómo llevar mi caso y ese fue el camino adecuado, porque yo ni los medios tenía. Fue un proceso largo, pero ella lo sacó adelante. Tanto me defendía Ceci al llegar con los jueces que le pedían tomarse las cosas como profesional y no como algo personal”

Con tristeza, reconoció que al perderla se sintió desprotegida para continuar con su caso ante la Fiscalía General del Estado (FGE), de Puebla, pues antes de ella nadie se había atrevido a defender sus derechos de ese modo.

“Ella no se rajaba, no tenía miedo. Ceci luchó mi lucha y le estoy muy agradecida. Es un gran golpe el que nos han dado. Al perderla me sentí desprotegida, y pensé ¿quién me va a acuerpar en las audiencias, quién entrará conmigo a luchar hombro a hombro? A mí, y a las demás”

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Ilustración: Iván Rojas

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