Una unidad militar británica en Colombia “ayudó” a la policía que mató a 63 manifestantes

Mientras la policía colombiana mataba a docenas de manifestantes en mayo, un equipo militar británico de hasta nueve soldadxs les ayudaba en un programa secreto

Una unidad militar británica en Colombia “ayudó” a la policía que mató a 63 manifestantes

Autor: El Ciudadano México

Autorxs: Matt Kennard y Molly Antigone Hall/Internacional Progresista

El Ministerio de Defensa del Reino Unido admite por primera vez a Declassified que sus soldadxs han “apoyado” a la policía colombiana, pero no dice cómo.

  • Unidad militar británica también “ayuda” a las fuerzas armadas colombianas que han matado miles de civiles y ahora están desplegadas para sofocar las protestas.
  • Oficiales militares colombianxs asistieron a cinco cursos en Gran Bretaña el año pasado, entre lxs cientos que se han formado en el Reino Unido en los últimos años.

El ejército británico tenía a nueve soldadxs «ayudando» a la policía colombiana un mes antes de que ésta iniciara una brutal represión contra lxs manifestantes que se oponen al gobierno dejando 63 personas muertas.

Pero el Ministerio de Defensa se rehusó a revelar la naturaleza del apoyo o decir a Declassified si el personal del Reino Unido continuó ayudando a la policía colombiana durante la represión.

Esta es la primera vez que el Ministerio de Defensa revela la existencia de su programa para la policía de Colombia.

Desde finales de abril, las protestas que empezaron en contra de la reforma tributaria propuesta por el gobierno se han apoderado del país suramericano dejando 63 personas muertas, según Human Rights Watch.

Amnistía Internacional ha denunciado «la represión policial de manifestaciones en su mayoría pacíficas» en diferentes ciudades de Colombia. Añadió que «la policía ha hecho un uso indiscriminado y desproporcionado de la fuerza, y hay informes alarmantes de violencia sexual y desapariciones».

Wendy Morton, Ministra de Relaciones Exteriores responsable de las Américas, declaró al Parlamento en marzo, un mes antes de que estallaran las protestas: «Menos de 10 miembros de las fuerzas armadas británicas están desplegadxs en Colombia para apoyar al servicio policial colombiano».

El año pasado el Ministerio de Defensa dijo a Declassified, en respuesta a una solicitud de libertad de información,que el ejército británico tenía «hasta cinco» miembros desplegados en Colombia. Sin embargo, se rehusó a decir cuál era su función pues «perjudicaría la seguridad del personal británico que sirve en el extranjero».

Pero tras ser notificado de la admisión del Ministerio de Relaciones Exteriores en marzo, el Ministerio de Defensa dijo a Declassified que «las Fuerzas Armadas del Reino Unido han apoyado a un número de autoridades colombianas, incluída la policía”.

Declassified entiende que lxs militares británicos no apoyaron a ninguna unidad de la policía colombiana involucrada en la  respuesta a las recientes manifestaciones y no han proporcionado entrenamiento o asistencia en materia de orden público o control de multitudes.

Recientemente, Declassified reveló que la Agencia Nacional del Crimen de Reino Unido (National Crime Agency o NCA por su sigla en inglés), había entrenado a la policía colombiana en un programa multimillonario de cinco años que también está envuelto en el secreto. La NCA está protegida contra las leyes de transparencia británicas.

Apoyo militar

Morton también dijo al Parlamento que el personal militar del Reino Unido desplegado en Colombia apoya a las fuerzas armadas del país, al igual que a la policía, incluyendo el «apoyo al desarrollo de capacidades» del Ministerio de Defensa colombiano.

Hace tiempo existe una cooperación militar cercana entre el Reino Unido y Colombia, en medio del espantoso historial de derechos humanos de las fuerzas armadas del país suramericano.

Una investigación reciente encontró que el ejército colombiano fue responsable de 6402 ejecuciones extrajudiciales de civiles entre 2002 y 2008 durante la represión de lxs rebeldes de izquierda en el país.

Personas vulnerables, en su mayoría hombres jóvenes pobres, fueron asesinadas y presentadas engañosamente como combatientes enemigos para mejorar la percepción pública de la lucha del ejército contra la guerrilla de las FARC y acceder a las recompensas que se ofrecían a las unidades militares que lograban la mayor cantidad de bajas.

En mayo, el presidente colombiano Iván Duque desplegó tropas en uno de los departamentos del occidente del país y en su capital, que también fue sometida a  un toque de queda.

«A partir de esta noche inicia el máximo despliegue de apoyo militar a la policía nacional en Cali y el departamento del Valle», dijo Duque, refiriéndose a la principal ciudad del suroccidente del país. Añadió que el ejército estaba siendo usado para detener “el vandalismo, los disturbios» así como proteger «activos estratégicos».

Las protestas comenzaron contra el aumento de los impuestos, y luego para exigir medidas contra la corrupción, la desigualdad, la brutalidad policial y el impacto económico de la pandemia del coronavirus, que ha dejado a más del 40 por ciento de la población colombiana sobreviviendo con menos de 90 dólares al mes.

El año pasado, personal colombiano asistió a cinco cursos militares en el Reino Unido, incluyendo el de «construcción de la integridad para altos mandos», un curso para oficiales militares de una y dos estrellas.

El año anterior se impartieron seis cursos a militares colombianxs, incluyendo un «curso avanzado de mando y personal» que incluye «planificación de operaciones».

Al menos dos oficiales del ejército colombiano se han formado en academias militares británicas. En 2018, un subteniente completó un año de formación en la escuela militar Sandhurst, y, en 2019, un oficial de la armada concluyó 11 meses de formación en la escuela naval de Dartmouth.

No se sabe si hay soldadxs colombianxs entrenadxs por el Reino Unido desplegados en Cali.

Las solicitudes de libertad de información revelan que en los seis años antes de 2020, 309 estudiantes colombianxs estudiaron en la Academia de Defensa del Reino Unido y en las escuelas que la componen. La academia forma parte del Ministerio de Defensa y forma personal del ejército británico y de la administración pública, al igual del extranjero.

Unx portavoz del Ministerio de Defensa dijo a Declassified: «Toda implicación y formación en materia de defensa proporcionadas a Colombia están diseñadas para educar, cuando sea necesario, sobre las mejores prácticas y cumplimientos del Derecho Internacional Humanitario».

Añadieron: «Las evaluaciones sobre el impacto potencial de la prestación de asistencia se actualizan periódicamente o cuando hay nuevas preocupaciones sobre los derechos humanos o el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario».

El apoyo  británico también se ha extendido a los servicios de inteligencia de Colombia. MI6, la agencia externa de inteligencia del Reino Unido, «estuvo muy involucrado en la creación» de las llamadas «Unidades de inteligencia» de agentes colombianxs, según un artículo de la BBC de 2016.

Añadía: «El MI6 también ayudó a Colombia a establecer centros de escucha electrónica, grabando conversaciones incriminatorias».

En 2018, el ejército colombiano condujo una operación ilegal de espionaje sobre más de 130 personas, entre ellas políticxs, ONGs, líderes y lideresas sindicales y periodistas internacionales.

Unx funcionarix británico dijo recientemente: «Compartimos la preocupación por los informes sobre violaciones de los derechos humanos en relación con las protestas, y acogemos con satisfacción el compromiso del gobierno colombiano llevar a cabo investigaciones transparentes sobre las denuncias de uso excesivo de la fuerza».

“Violaciones masivas de los derechos humanos”

Desde inicios del 2016, el Reino Unido ha permitido la exportación de equipos de uso militar o de «doble-uso» (militar y civil) con un valor de 28 millones de libras. Esto incluye 1,5 millones en armas ligeras, artillería, armas pequeñas y municiones.

El gobierno del Reino Unido afirma rechazar la exportación de armas cuando hay «riesgo de contribuir a tensiones o conflictos internos en el país receptor».

Sin embargo, en 2018 encargó un informe en el que se constataba que el Estado y lxs militares colombianxs han cometido «violaciones y abusos masivos de los derechos humanos», resultando en la «contravención sistemática del Derecho Internacional Humanitario».

Al año siguiente, el gobierno del Reino Unido invitó a Colombia a comprar armas en DSEI, una feria de defensa apodada «festival de la violencia» que reúne a comerciantes de armas y delegaciones militares de todo el mundo.

En 2020, el gobierno británico convirtió a Colombia en uno de sus principales mercados de venta de armas  y autorizó 30 solicitudes de licencia para exportación por un valor de 2,5 millones de libras, a pesar de que ese mismo año lo incluyó en su lista de «países prioritarios en materia de derechos humanos».

En mayo, en respuesta a la presión de varixs diputadxs sobre las exportaciones de armas británicas a Colombia, la Ministra de Relaciones Exteriores, Wendy Morton, defendió la política, afirmando que el gobierno británico opera «uno de los regímenes de control de exportación de armas más sólidos del mundo».

Morton fue anteriormente co-tesorera del Grupo Parlamentario para las Fuerzas Armadas, que recibe financiación de los exportadores de armas, incluido el gigante armamentístico BAE Systems mientras Morton ocupaba el cargo. 

BAE mantiene una «estrecha relación» con Colombia y ha vendido artilleríavehículos aéreos no tripulados, sistemas de radar y cañones al gobierno. También asistió a una feria de armas en Bogotá en 2019.

Hasan Dodwell, director de la ONG Justice for Colombia, con sede en Londres, dijo a Declassified: «A lo largo de la extensa y sangrienta historia de abusos contra los derechos humanos en Colombia, el Reino Unido ha sido un cercano aliado militar. Mientras la policía colombiana sigue matando manifestantes en las ciudades y el ejército mata manifestantes en los pueblos, esta alianza continúa».

Dodwell agregó: «En lugar de ofrecer entrenamiento y proveer armamento, el gobierno británico debería usar su influencia para condenar la violencia de las fuerzas de seguridad colombianas y exigir el pleno respeto por el derecho a la protesta y el fin de las violaciones de los derechos humanos».

El Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido no respondió a una solicitud de comentarios.

Matt Kennard es jefe de investigación en Declassified UK, una organización periodística investigativa que cubre el rol del Reino Unido en el mundo. Molly Antigone Hall es una periodista de investigación  radicada en Barcelona, España, que ha escrito para La Vanguardia.

Puedes leer el artículo original en Internacional Progresista

Traductorxs: Daniel Felipe Guana, Daniela Santalla y María Inés Cuervo.

Foto: Oxi.Ap / Flickr

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