La cifra de civiles muertos en la capital afgana tras las dos explosiones en el aeropuerto de Kabul reivindicadas por el autodenominado Estado Islámico (Daesh, en árabe) aumentó este viernes 27 de agosto a 145. El número de fallecidos tras el atentado podría subir en las próximas debido a que solo se han contabilizado los cadáveres llevados a hospitales de la ciudad.
Entre las víctimas de las explosiones están al menos 13 soldados estadounidenses. Esta es la peor pérdida en un solo día para las tropas norteamericanas de ocupación en Afganistán, desde el ataque de agosto de 2011. Aquella ocasión un helicóptero Chinook mató a 30 militares.
Los talibanes dijeron que 28 de sus miembros perecieron igualmente en las explosiones ocurridas durante la noche en las afueras del aeropuerto de Kabul.
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La primera explosión que se registró fue por un terrorista suicida y la segunda por un coche bomba. Hasta el momento, se han reportado al menos cuatro explosiones en el lugar. Horas antes, el portavoz del Pentágono, John Kirby, advirtió que las cifras de víctimas podrían cambiar, así como el número de bajas, entre los que se encuentran civiles afganos.
Asimismo, el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, declaró a un medio internacional que emprenderán una investigación sobre lo sucedido, luego de rechazar las explosiones. En días anteriores, el Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) habría advertido sobre una amenaza que llamó específica y creíble de un afiliado del Daesh contra el aeropuerto de Kabul.
Que aquellos que llevaron a cabo este ataque, así como cualquiera que desee [hacer] daño a América (EU), sepan esto: No perdonaremos. No olvidaremos. Los cazaremos y les haremos pagar.
Joe Biden, presidente de los Estados Unidos.
Este atentado fue previsto por varios países. En las últimas horas detuvieron las evacuaciones previstas hasta el 27 de agosto. Esto fue por amenazas de atentados parte del Estado Islámico en el Jorasán, la rama afgana del también conocido como Daesh.