Vendedores ambulantes en Puebla y su lucha por sobrevivir en el espacio público

El sector informal surge por la incapacidad del modelo capitalista de crear alternativas de desarrollo económico para evitar el desempleo y mano de obra que se dedicaría a actividades no formales.

Daniel Carpinteyro

10/01/2025 6:02pm

Tema recurrente en las redacciones de periódicos y portales de noticias que abordan temáticas municipales es la población que depende de vender o de ejercer un arte en la vía pública para subsistir.

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Y si bien es comprensible que los empresarios que disponen de recursos como para montar y mantener un local para sus ventas perciban a los vendedores como una competencia desleal, o como una ‘problemática’ a resolverse, también es cierto que la perspectiva de dichos empresarios no es la única. Pörque según otras visiones, como la enarbolada por el Paradigma de Humanista de Transformación Política en turno, la problemática es, en todo caso, la desigualdad económica desprendida de un crecimiento poco equitativo de la riqueza en nuestra región.

Y según otras visiones, (y aquí citamos las palabras de la historiadora Luisa González Millán en su aleccinadora tesis sobre la Unión Popular 28 de octubre) ) como la Teoría del Desarrollo, «el sector informal surge por la incapacidad del modelo capitalista de crear alternativas de desarrollo económico para evitar el desempleo y mano de obra que se dedicaría a actividades no formales «.

Lo que es una realidad es que las ruedas de prensa de las cámaras y confederaciones empresariales suelen ser más atractivas para los medios que el ponerse a entrevistar a una persona que venda chicles en la calle. Porque se asume que periodísticamente es más relevante producir un artículo a partir de un encuentro de medios con la Coparmex, o con la Canacintra, o de la Canacope (en los que además dan exquisitos bocadillos) que documentar en un artículo las necesidades y preocupaciones del señor bolero, del señor payaso, del joven merolico.

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En Puebla, como en muchas otras ciudades, la relación entre el sector del comercio ambulante y las administraciones estatales y municipales ha seguido un patrón de estira y afloja. A veces los destierran de la ciudad y a veces los incorporan a sus filas. Los vendedores ambulantes, a su vez, se articulan en organizaciones, cuyo nombre casi siempre es una fecha o un personaje histórico, con el objetivo de contar con una figura de representación bajo la cuál ampararse.

Además, en México, muchas organizaciones de ambulantes han servido como grupos de choque a favor de ciertos sectores políticos, y a cambio de estos servicios han obtenido prebendas, práctica que ha deslegitimado a algunos de estos grupos ante los ojos de otros sectores de la población, incluyendo a las aspiracionistas clases medias e incluso con otras personas de las clases bajas, pero que no se sienten como tales. Porque, es cierto, la capacidad que estos grupos han desarrollado para «crear caos y paralizar la ciudad» (nuevamente citando a González Millán) es legendaria.

¿Se resolverá ‘el problema del ambulantaje’ construyéndoles mercados en sitios recónditos y conteniéndolos ahí para que ya dejen de afear las preciosas calles de la ciudad de Puebla? ¿O se resolverá cuando las necesidades educativas, y de acceso a servicios básicos de ese vasto sector poblacional hayan sido, finalmente, atendidos?

Algunos puntos que vale la pena recordar para cerrar el siguiente artículo:

La mayor parte de los afiliados a la 28 de octubre trabajaban en el Mercado de la Victoria hasta que, bajo las directices del Programa del Sistema de Abasto y Reordenamiento Comercial de la Ciudad de Puebla, impulsada en 1987 por el Gobernador Guillermo Jiménez Morales y el alcalde Jorge Murad y después de Amado Camarillo, un contingente policiado ingresó por la fuerza el 31 de octubre de 1986 a las oficinas de la agupación, en la 14 poniente. La magnitud dell operativo se evidencia en sus números: 1, 300 granaderos, 280 antimotines, 70 patrullas y 14 perros policías (datos de González Millán).
Los locatarios del Mercado Hidalgo, que no son ambulantes sino locatarios, han sido agredidos y molestados por diversas administraciones estatales, siendo el periodo más crítico el de Rafael Moreno Valle, en cuyo periodo fueron a tirotear el mercado más de una vez. Ninguna de las esas voces hoy preocupadas por la estética y el orden del Centro Histórico emitió un clamor la mañana del jueves 29 de junio de 2017, cuando sicarios enviados por quién sabe quién mataron a Meztli Sarabia Reyna, la hija del líder social exiliado Simitrio, tras denunciar ella y los agremiados una y otra vez que existía un vivo interés de cierto despacho en vaciar el Mercado Hidalgo para demolerlo y asignarle un uso «más tourist friendly».
Los alimentos con vitamina E, vitamina B y las grasas saludables son muy buenos para la memoria.