Una investigación por parte de reporteros de BBC puso al descubierto la historia detrás de un polémico video rascista de 2020. La denigrante grabación fue obra de youtubers chinos y en ella se veía a niños pobres de África repitiendo en mandarín los insultos rascistas que un camarógrado les dictaba.
Este formato de grabación es muy popular en China. Se trata de videos de felicitaciones personalizadas, en los que personas negras y menores de edad de África, envían saludos en un idioma que no entienden. Todo esto mientras bailan alrededor de una pizarra negra con un mensaje de felicitación escrito.
El «video del coeficiente intelectual», como lo titulan los reporteros Runako Celina y Henry Mhango, es parte de una multitud de videos racistas que circulan en las redes sociales en China. A través de elementos geográficos y de señalización, los investigadores pudieron identificar que dicho video se grabó en una población rural de Malaui, en el sureste africano.
«¡Soy un monstruo negro! ¡Tengo un coeficiente intelectual bajo!», se oye repetir a los niños en el video en mandarín.
Pobladores entrevistados por el equipo de BBC África declararon que los niños que participaron en el video nunca aprendieron mandarín. Por eso nunca supieron qué significado tenía lo que decían. Lo que es peor, es que la mayoría son pobres e incluso dejaron la escuela por falta de recursos.
La persona que dirigió estos videos fue «Susu», o al menos así lo llamaban los pobladores de este lugar. Más tarde, los investigadores de la BBC revelaron que el hombre detrás de este pseudónimo es Lu Ke.
Susu hizo una gran cantidad de dinero con esos videos racistas. En una declaración obtenida presumió de grabar 380 videos en un solo día, lo que representaría ganancias de por lo menos 11 mil dólares en menos de 24 horas. Los niños que participaron en los videos no recibieron algún tipo de ganancia.
«Es tan doloroso para mí, porque mi hijo sufrió mucho. Lo hacía gritar hasta que le salieran las venas del cuello durante tres días seguidos y al cuarto volvía enfermo. Al cuarto día, el hombre chino llegaba con un pedazo de pollo, lo compartía con él y se lo llevaba de nuevo a trabajar». Relató una de las madres de las víctimas.
La policía del país africano anunció el inicio de una investigación por este caso de los youtubers chinos.
Foto: Agencias