Aprueban proyecto Octopus pese a dura resistencia de la ciudadanía del Bío Bío

El proyecto "Terminal GNL Penco-Lirquén" pretende construir y operar un terminal marítimo de gas natural licuado offshore del tipo isla, que se conectará mediante tuberías en el lecho marino al Gasoducto del Pacífico.

Aprueban proyecto Octopus pese a dura resistencia de la ciudadanía del Bío Bío

Autor: Ciudadano

marcha no a Octopus

Pese a la fuerte oposición de la ciudadanía, el gobierno aprobó a puertas cerradas el «Proyecto BiobíoGenera» (ex Octopus), el cual pretende instalar un terminal gasífero y una termoeléctrica que afectarán a las comunas de Tomé, Penco, Talcahuano y Bulnes.

Con nueve votos a favor y una abtención, la Comisión de Evaluacióm Ambiental del Biobío aprobó la instalación del controvertido proyecto Octopus en las costas de Lirquén. La instancia fue encabezada por autoridades regionales y organizaciones locales, las cuales rechazaban abiertamente la aprobación de parte del SEA.

El Servicio de Evaluación Ambiental había resuelto fijar para este martes 28 de junio la calificación para el proyecto denominado “Terminal GNL Penco-Lirquén”, parte importante del proyecto conocido como Octopus, finalmente la votación resultó negativa para la ciudadanía y fue aprobado con nueve votos a favor y una abstención. 

El pasado 17 de junio el SEA dio un abrupto término a la consulta indígena  que se encontraba en desarrollo para anunciar el viernes de esa misma semana la votación de este 28 de junio.

El proyecto que se instalará en la Bahía de Concepción, cuenta con una capacidad para suministrar 15 millones de metros cúbicos diarios de gas natural licuado, la cual abastecería a la central El Campesino, además de otras industrias energéticas de la zona.

El gas utilizado provendría de Estados Unidos y sería transportado en buques en un estado líquido a muy bajas temperaturas hasta el terminal de Penco, proyectando su instalación a 2.5 kilómetros de la costa y aplicando un proceso que utiliza agua de mar para inyectar el producto al gasoducto, distribuyéndolo por toda la región.

Es la utilización de agua de mar lo que preocupa a los pescadores de la bahía, porque aunque se haya eliminado el uso de cloro para estilizar el agua, el hecho de devolver el agua utilizada al mar afectará el ecosistema marítimo y matará a los microorganismos como huevos, larvas y placton, además de la afectación  los demás recursos marinos.

Tras ese escenario, el cúmulo de procedimientos provoca desconfianza en los habitantes de la zona y en los políticos e instituciones opositoras, considerando que una aprobación rápida y sin mayores luces en la prensa es lo más favorable para esta mega central llena de cuestionamientos y juicios por las comunidades aledañas.

Los trabajadores de la comuna de Bulnes tienen la certeza que la construcción de una Central Termoeléctrica en el medio de un valle que desde sus comienzos ha tenido una vocación agrícola, en vez de dinamizar la economía, perjudica enormemente la producción y el empleo en la región.

La diputada Clemira Pacheco aseguró desde el inicio que el proyecto no ayuda a la gente de la zona, que de hecho es bastante invasivo a pesar de que lo quieran mostrar de otra forma, la devolución del agua hecha por la empresa es a temperaturas más bajas de lo normal, lo que perjudica todos los recursos del mar y en efecto, el trabajo de muchos habitantes que viven de la pesca.

Pacheco también declaró que este tipo de proyectos generan energía para el país, pero no abastecen a la región en particular, sino que a las grandes empresas hacia el norte. Manifestó además que el costo ambiental, social y cultural para los habitantes y el daño a la economía local impactará fuertemente a los vecinos, enfatizando en la negatividad del proyecto.


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