Este sábado 4 de agosto se cumple un año de una de las movilizaciones más masivas, y reprimidas, del movimiento estudiantil del 2011. Este día hace un año fueron prohibidas dos marchas de estudiantes en Santiago, lo que provocó grandes protestas en todas las ciudades del país y el cacerolazo más bullado en décadas contra el gobierno de Piñera.
Para recordar esta fecha, este sábado se conmemorará el Día de las Organizaciones Sociales con una marcha que partirá a las 14:00 horas en Avenida Matta con Bustamante, avanzará por el mismo parque y concluirá en el Parque Forestal. A las 20:00 horas está convocado un caceroleo. Este es el llamado:
Chile ha cambiado. Las cosas ya no son como en los tiempos del triunfalismo Neoliberal de la llamada gloriosa Economía de Mercado. Esperaban que el pueblo se conformara con la lógica del chorreo, con las migajas cayendo de la mesa del gran capital, pero no fue así. Hoy somos testigos y actores de un proceso que avanza. Nuestra gente sale a las calles desde los rincones más diversos del país, de norte a sur, exigiendo a través de la lucha y las más diversas formas de movilización una verdadera democracia.
El 4 de agosto es una fecha emblemática. El Gobierno desplegó durante las movilizaciones de 2011 su poderío represivo hacia los secundarios y universitarios. La noche se convirtió en una sinfonía nacional: se trataba de un caceroleo que cubrió a todo el país, exigiendo algo más que una demanda estudiantil, uniendo a los vecinos con base en un objetivo común: la recuperación de un derecho del pueblo.
Hoy vemos el despliegue de diversas movilizaciones de pobladores, trabajadores y estudiantes, luchando por cambiar las actuales condiciones de la dictadura de mercado. Vemos cómo las calles se tiñen de expresiones culturales espontáneas exigiendo cambio político y social: es nuestra gente con convicciones y disponibilidad combativa para avanzar y lograr aquel cambio. Sin embargo, la unión de las luchas, si bien suena repetidamente desde varios sectores y organizaciones aún no ha hecho carne, no se ha concretado. Será un proceso no exento de dificultades, pero sin lugar a dudas, necesario para construir un nuevo Chile, que surja con base en la real profundización democrática ejercida desde el pueblo, de sus reivindicaciones y necesidades.
La falta de democracia real se va haciendo cada vez más evidente para el pueblo. La falta de respuesta a las organizaciones sociales por parte de la actual institucionalidad heredada del pinochetismo, demuestra como se sobre-representan las minorías gobernantes del país. Nuestro pueblo va comprendiendo cada día más aquella situación y se va hartando de esperar. Debemos, como organizaciones sociales con trabajo real en el pueblo, posicionar cada día más la necesidad de construir una verdadera democracia, al servicio de las mayorías del país. Para esto se hace necesario ir avanzando en un proceso que lleve a cambiar de fondo la institucionalidad neoliberal. El Poder Ciudadano Organizado, que se vaya formando con base en la lucha social, construirá un nuevo ordenamiento político y social democrático si los esfuerzos se dirigen a unificar las luchas en la práctica real y no solo discursiva.
Es así como la pelea por la democratización de la sociedad involucra todos los derechos básicos arrebatados al pueblo de Chile por una minoría al servicio del Gran Capital. Exigimos derecho al trabajo digno, educación gratuita, recuperación de los recursos naturales, respeto efectivo al medio ambiente, salud de excelencia, viviendas dignas para nuestras familias, fin a la militarización de la Araucanía, respeto real e igualdad de derechos a la diversidad sexual, un trato decente a nuestros adultos mayores, participación real y activa de las organizaciones sociales en las decisiones regionales y de país. En definitiva, exigimos una Democracia Real para Chile. La represión institucionalizada no se hace esperar y parte de la Ley Hinzpeter ha sido aprobada por la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara. El objetivo de fondo: la Criminalización de los Movimientos Sociales. La represión que se podrá ejercer sobre las organizaciones ciudadanas será cada vez mayor, busca facilitar la represión y persecución de quienes ponen su humanidad a disposición de las demandas populares. Desde los Movimientos Sociales decimos: Fin a la Criminalización de la Ciudadanía Movilizada.
El Ciudadano