6 de mayo: Día Internacional de la Permacultura

Este domingo 6 de mayo de 2012 marca el primer día internacional de la historia de la Permacultura, que ha trascendido al día anual nacional de la Permacultura de Australia

6 de mayo: Día Internacional de la Permacultura

Autor: Wari

Este domingo 6 de mayo de 2012 marca el primer día internacional de la historia de la Permacultura, que ha trascendido al día anual nacional de la Permacultura de Australia.

Como una manera de unirnos a esta celebración, a continuación reproducimos el artículo:  «La permacultura se extiende. Una forma de diseñar con conciencia nuestro futuro«

El significado original de la palabra permacultura era agricultura sostenible y ahora significa cultura sostenible. Fue creada hace unas décadas por Bill Mollison y David Holmgrem en Australia. Ambos creían que el mayor daño que le estábamos haciendo a nuestro planeta era la agricultura. Al final de la segunda guerra mundial las fábricas que se dedicaban a elaborar bombas se reconvirtieron en fábricas de productos químicos. En ese momento comenzó una forma de hacer la guerra con el suelo, una guerra contra la Tierra.

También se dieron cuenta de que el único modelo de sistema sostenible es la naturaleza, así que decidieron crear esa palabra con perma de permanente y cultura de agricultura, para hablar de una forma de agricultura sostenible.

Al poco tiempo, se dieron cuenta que para lograr su objetivo era necesario incluir las culturas, porque los seres humano tienen aun muchos conocimientos sobre cómo interactuar en armonía con el medio y este conocimiento está codificado en cada cultura, muchas de ellas a punto de perderse hoy en día.

En resumen, podemos decir que la permacultura consiste en emplear de manera consciente y sistemática el sentido común para diseñar hábitats humanos que satisfagan las propias necesidades de manera local sin impactar negativamente con el medio.

LAS TRES ÉTICAS

La permacultura siempre empieza en la ética. Tiene un triángulo de tres éticas, llamadas cuidado de la tierra, cuidado de las personas, y la tercera compartir a partes iguales. Lo que sobra en el planeta, ya sea información, comida o agua es necesario que lo compartamos entre todos, en vez de que algunos lo acumulen y a otros les falte.

Lo más importante es empezar en el umbral de nuestra casa, transformando nuestro estilo de vida personal, nuestros hábitos de consumo y ahorrando recursos (agua, energía). También es importante cuidar de nuestra salud y desarrollo personal, nuestras relaciones con los demás y crear comunidad para ayudarnos mutuamente en caso de necesidad.

También es posible rediseñar nuestras casas o pisos, por pequeños que sean, para incluir algo de producción de alimentos frescos y sin productos contaminantes, en el balcón, en el terrado, en el jardín, etc., recoger y almacenar el agua de lluvia para regar las plantas y para otros usos, generar nuestra energía eléctrica y agua caliente con energía solar u otros sistemas sostenibles.

COOPERATIVAS DE CONSUMO

Como los supermercados se abastecen de productos que proceden de muy lejos (muchos miles de kilómetros en muchos casos), se necesitan soluciones más elaboradas para conseguir alimentos locales. Una opción son las cooperativas de consumo, que implican trabajar en grupos organizados de vecinos de una zona o un barrio para obtener alimentos de producción biológica, lo más local posible. Esto permite abaratar los costes de los productos biológicos por comprarlos directamente a los pequeños productores locales y garantizaría, a estos últimos, entradas dignas y regulares y disminuiría drásticamente los kilómetros recorridos por los alimentos antes de llegar a nuestra mesa.

También es muy importante fomentar la creación de huertos comunitarios en terrenos públicos y privados en desuso dentro de las ciudades, dando a todo el que quiera la posibilidad de cultivar sus propios alimentos.

Aunque todo esto suene difícil y en apariencia se requiera mucha organización, recursos y personas, no lo es tanto. Ya existen muchos grupos que ya lo están haciendo, así que no se empezaría de cero. En general la gente que se ha formado en permacultura está preparada para apoyar esta transición y puede asesorar tanto a particulares como a entidades públicas y privadas.

PRODUCCIÓN ECOLÓGICA Y LOCAL

La crisis que se ha producido tiene sus raíces en la liberalización de los mercados mundiales y el uso descontrolado de los combustibles fósiles que, entre otras cosas, fomenta el comercio de mercancías entre países muy lejanos entre ellos, aun cuando un mismo país ya produce estos mismos productos. En muchos casos, estos mismos países acaban comprando el mismo producto que habían vendido al exterior, a lo mejor con alguna pequeña elaboración que podrían hacer en su casa. Todo esto tiene un enorme coste energético y medioambiental y ha sido posible gracias a la existencia de los combustibles fósiles baratos, cosa que está cambiando puesto que estos combustibles ya han alcanzado (según muchos expertos), la máxima capacidad de producción a nivel planetario y su extracción será cada vez más económica y energéticamente costosa. La permacultura aboga para un retorno a la producción local y a pequeña escala de las cosas que necesitamos para vivir. Deberíamos poder satisfacer la gran mayoría de nuestras necesidades primarias allí donde vivimos y traer de regiones cercanas, algunas cosas (pocas) que no podemos producir in situ. Las crisis también se pueden ver como oportunidades y en este caso podría ser la ocasión para empezar a potenciar las dinámicas comunitarias, para poder relacionarnos sin tener conflictos, saberlos tratar adecuadamente cuando surjan y aprender a colaborar en lugar de competir. En el momento en que los aportes energéticos y las crisis económicas se harán más escasos la vida será más dura y estas capacidades serán clave para poder salir adelante. Evidentemente tenemos que aprender a dejar de generar residuos tóxicos y limitar nuestro consumo de cualquier cosa, transformando nuestros residuos en comida. Se trata de un cambio muy drástico en el estilo de vida de la gran mayoría de personas. La permacultura, como ciencia de diseño, nos ofrece las herramientas para hacer que este cambio sea más suave.

Por Antonio Scotti

Fuente: Revista Namaste

Fotografía de Namaste y Cristian Sotomayor Demuth

Documental educativo sobre Permacultura: «Tierra, agua y sol»

El Ciudadano


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